El estudio en etapa inicial, publicado en la revista 'Nature Immunology', también puede proporcionar pistas sobre por qué las alergias están en aumento. Las estimaciones sugieren que el 44% de los británicos sufre de al menos una alergia, pero se desconocen las razones detrás del aumento.
El equipo autor de estas investigaciones sugiere que sus hallazgos respaldan la llamada 'Hipótesis de la toxina', que propone que la exposición a toxinas ambientales y productos químicos ajenos a nuestro cuerpo puede desencadenar respuestas alérgicas. La nueva investigación se centra en un tipo de anticuerpo llamado inmunoglobulina E o IgE.
Esta proteína, que es parte del sistema inmune, desencadena reacciones alérgicas al reconocer erróneamente una sustancia inofensiva, como el cacahuete, como un peligro. El cuerpo lanza un ataque en toda regla, bajo instrucciones de IgE, que produce erupciones en la piel e hinchazón de la cara, la boca y, en casos graves, las vías respiratorias.
Sin embargo, a pesar de las acciones de IgE que tienen tan graves consecuencias en el cuerpo, los científicos todavía están desconcertados por su papel original, y si sirve realmente para algún propósito útil.
Las últimas investigaciones sugieren que el anticuerpo puede tener un papel crucial en la defensa contra el daño causado por los químicos ambientales y, por lo tanto, protege contra el cáncer.
"El IgE debe tener un papel importante en el cuerpo, pero por el momento los científicos todavía no tiene claro cuál es. Solíamos pensar que nos protege contra parásitos, como gusanos intestinales, pero la falta de infecciones por gusanos está causando el aumento de la alergia. Sin embargo, ahora no creemos que este sea el único propósito", explicó la doctora Jessica Strid autora principal del estudio del Departamento de Medicina de Imperial.
Esta investigadora señala que su trabajo sugiere que IgE podría proteger contra el daño causado por la exposición de la piel a sustancias químicas promotoras de tumores o la radiación UV, y ayudar a combatir el cáncer de piel. En el curso de la investigación, el equipo ha descubierto que la colocación de una sustancia química tóxica en la piel del ratón provocaba la inducción de IgE y su desplazamiento a la zona dañada. Una vez allí, IgE redujo el riesgo de desarrollo de cáncer en la piel.
También estudiaron los tumores de piel de 12 pacientes con carcinoma de células escamosas, el segundo tipo más común de cáncer de piel. Los resultados mostraron que todos los tumores, algunos de los cuales eran más agresivos que otros, tenían IgE presente.
Un análisis adicional de una cohorte más grande de pacientes mostró que los tumores menos peligrosos o de bajo riesgo tenían más células portadoras de IgE, mientras que los tumores más graves tenían menos, lo que sugiere que la IgE puede ofrecer algún tipo de efecto protector contra la progresión del cáncer.
"Solo del comienzo de la historia: nuestro siguiente paso es descubrir cómo la IgE puede detener el cáncer de las células de la piel y ver si de alguna manera podemos manipular la respuesta alérgica para protegernos o tratar la piel cáncer. Los hallazgos también sugieren que las alergias podrían estar relacionadas con productos químicos en nuestro entorno moderno. Nuestro trabajo plantea muchas preguntas, y ahora tenemos que empezar a responderla", afirma la doctora Strid.
Pero los resultados iniciales respaldan la llamada 'Hipótesis de Toxina', que sugiere que los productos químicos en el medio ambiente, como los que están en la contaminación del aire, que surgen de la combustión industrial y las emisiones de los automóviles, así como del humo del tabaco, podrían dañar la piel y causar un aumento de la IgE. La teoría sugiere que este aumento en la IgE puede desempeñar un papel en el aumento alarmante de las alergias en las últimas décadas.