Mientras la mayor parte del mundo sigue dando pasos para eliminar las restricciones por la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa monitorizando la evolución del coronavirus y sus nuevas variantes y subvariantes, entre ellas la conocida como XE.

Identificada originalmente en Reino Unido a mediados de enero, el pasado jueves Brasil confirmaba la primera infección por esta subvariante, tras identificarla la víspera en un examen genético de la muestra de un paciente en Sao Paulo.

La XE es una recombinante, concretamente una combinación de la ómicron original y su subvariante BA.2. Una variante recombinante se produce cuando un individuo se infecta con dos o más variantes a la vez, por lo que su material genético se mezcla dentro del cuerpo del paciente, según recoge la Health Security Agency británica (UKHSA). De acuerdo con la OMS, la recombinación es un fenómeno común entre los coronavirus.

Según la Organización, la recombinante XE se detectó por primera vez el pasado 19 de enero y está siendo monitorizada como parte de la variante ómicron. En su último informe semanal sobre el COVID-19, fechado el 5 de abril, la OMS apunta que las primeras estimaciones sugieren que XE tiene una ventaja de transmisión del 10% con respecto a la subvariante BA.2. Sin embargo, apostilla que este hallazgo requiere de confirmación adicional.

Por su parte, un informe de la UKHSA publicado este viernes cifraba en 1.179 casos de la variante XE los detectados en Reino Unido hasta el 5 de abril. En cuanto a su velocidad de transmisión, el análisis apunta que los datos más recientes muestran una tasa de crecimiento de XE un 12,6% superior a la de BA.2, una ventaja que alcanzaba el 20,9% en las últimas tres semanas. No obstante, el organismo matiza que, al no ser consistentes, estos datos aún no pueden interpretarse como una estimación de su ventaja de crecimiento.

Según la profesora Susan Hopkins, asesora médica jefe de la UKHSA, la recombinante XE ha mostrado una tasa de crecimiento variable, por lo que aún no se ha podido confirmar si verdaderamente presenta una ventaja de crecimiento. Según la experta, no hay suficiente evidencia aún para sacar conclusiones sobre su transmisibilidad, la severidad de la enfermedad o la efectividad de las vacunas contra ella.

En cualquier caso, la OMS advierte de que el riesgo de aparición de nuevas variantes, incluidas las recombinantes, sigue siendo muy elevado.