Más de 1.400 delfines fueron asesinados el pasado domingo, 12 de septiembre, frente a la costa de las Islas Feroe. Todos murieron el mismo día, según informa la organización Sea Shepherd Conservation Society (SPC).
Este hecho se ha producido como parte de la centenaria caza tradicional del Grindadrap, en el territorio danés. Una caza anual de delfines que forma parte de una tradición de 1.000 años en el archipiélago del Atlántico Norte, en la que se sacrifican varios centenares de ballenas piloto por su carne y grasa.
Por su parte, esta ONG, con sede en EEUU, denuncia que la matanza de estos 1.428 delfines de flancos blancos del Atlántico supone, hasta el momento, la mayor cacería de cetáceos jamás registrada en el mundo.
Los delfines, parte de la dieta en las Islas Feroe
En esta tradición, los delfines son conducidos hacia tierra por lanchas motoras, para después ser asesinados por los balleneros en la orilla. Como se muestra en las imágenes que acompañan este vídeo (atención porque pueden dañar la sensibilidad), los residentes locales acuchillan a estos animales, tiñendo el agua de rojo por la sangre.
Los activistas medioambientales llevan tiempo denunciando esta caza, pero el ingente número de mamíferos muertos este año ha llevado a las ONG a dar un paso más allá. "Producen más carne de delfín en esta caza de la que nadie puede tomar", apunta Sea Shepherds en un comunicado de prensa.
Sin embargo, los habitantes de las Islas Feroe mantienen que esta tradición debe preservarse, debido a que estos cetáceos suponen una "parte clave" de su dieta. Para los feroeses, las cacerías son una "diversión vikinga tradicional", y existen desde al menos el año 1584, según la SPC.
"Son cacerías medievales y bárbaras"
"Sin embargo, estas cacerías medievales y bárbaras son tan crueles hoy en día como cuando comenzaron", recalca la entidad, que incide que en que la matanza comienza cuando los barcos de pesca o los transbordadores en alta mar avistan un grupo de calderones o delfines.
"Poco después, al igual que en las matanzas de Taiji (Japón), la manada es conducida a una bahía con barcos de pesca más pequeños, embarcaciones privadas a motor e incluso motos acuáticas "no tradicionales". Aun así, resulta muy complicado conocer en qué punto exacto del archipiélago son asesinados, debido a que hay 23 calas en las que pueden producirse. "Esto hace que sea aún más difícil anticipar dónde se producirán las matanzas o llegar a tiempo para intervenir e impedir la matanza", lamenta la ONG.