El dueño del gigante logístico Amazon, Jeff Bezos, anunció el comienzo de los procesos de instalación de un enorme reloj subterráneo, situado en el interior de la cordillera Sierra Diablo, al oeste de Texas, con el que pretende medir el paso del tiempo durante los próximos 10.000 años.

El reloj mide unos 150 metros de altura y funciona gracias a los ciclos térmicos de la Tierra, según público el magnate en Twitter. Esta obra de ingeniería lleva treinta años en construcción y está programada para sonar una vez al año, para que sus manecillas giren por completo una vez cada siglo y el cuco salga de su interior cuando se cumpla cada milenio. Además, generará una secuencia de campanas diferente cada día durante todo ese tiempo. "Este es un reloj especial, diseñado para convertirse en un símbolo, un icono para el pensamiento a largo plazo", escribió Bezos en la página web del proyecto.

El fundador y presidente de Amazon y propietario del periódico 'The Washington Post' explicó que la idea original pertenece a Danny Hillis, quien comenzó la aventura en 1989 y al que estuvo ayudando personalmente durante los últimos seis años.

Según los autores, el proceso de construcción del reloj supuso "un gran reto", ya que incluso "una simple visita" supone varias horas de trayecto en coche desde el aeropuerto más cercano, que se encuentra en San Antonio, para después atravesar un "accidentado" sendero que se eleva 600 metros sobre el fondo del valle.

Talladas en la montaña habrá cinco salas que conmemorarán el primer año del proyecto, así como los 10 años, 100 años, 1.000 años y 10.000 años del mismo.

En la cámara del primer año, además de los planetas y la Luna, se incluirán las sondas interplanetarias lanzadas durante el siglo XX. "No estamos planeando crear el resto de las cámaras de aniversario, sino que se las dejaremos a las generaciones futuras", matizó Bezos.