La atenta mirada de unos padres sobre su bebé recién nacido es una constante en los primeros meses de vida del niño. Cualquier movimiento, gesto o balbuceo que emita supone una alegría para sus progenitores.

Momentos cruciales del menor que no solo determinan una felicidad circunstancial de los padres, sino también la evolución del bebé. Muchos se alarman cuando ven que su hijo está tardando más de la cuenta en crecer, cuando los bebés tienden a hacerlo a pasos agigantados. La agonía que se genera en unos padres al ver que su hijo se queda atrás trae consigo miedos que, desgraciadamente, se hacen realidad en ocasiones. Entre ellos, se encuentra la parálisis cerebral.

Según la Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (ASPACE), se estima que una de cada 500 personas que nacen en España sufre esta enfermedad. No hay tratamiento, ni farmacológico ni terapéutico. Es decir, no hay cura. Sí hay medidas que permiten ralentizar los efectos de la enfermedad: logopedia, apoyos educativos, terapia ocupacional y fisioterapia; posibles soluciones provisionales en las que la ciencia se ha sumergido en los últimos años, especialmente en España. No son los únicos métodos que se han intentado desarrollar.

La tecnología también ha servido en los estudios sobre la parálisis cerebral como forma de mejorar la vida de estas personas. En 2015, el CSIC creó el primer dispositivo robotizado en España dedicado a esta función. Y cuatro años más tarde, ya se ha podido poner en marcha el CP-Walker, el exoesqueleto con el que hasta el 70% de los niños con parálisis cerebral podrá poner los pies en el suelo, andar con mayor fluidez y más erguidos.

Cabe destacar que el CP-Walker es una herramienta de rehabilitación, y no un exoesqueleto permanente. Es decir, quienes lo usen no lo harán de por vida. Se trata de un gran empujón que permitirá al menor, en un futuro próximo, andar por su propio pie sin ayuda del dispositivo.

Pero ¿cómo funciona? Un casco sobre su cabeza activa el exoesqueleto cuando el pequeño desea andar y se concentra en ello. De esta forma, los electrodos del casco miden la actividad eléctrica cerebral y detectan la frecuencia de movimiento. Llegada la información al aparato, el robot echa a andar bajo las instrucciones de la torre de control: el cerebro del niño.

La normalidad de la marcha es importante, sobre todo para que el paciente se acostumbre, porque el objetivo es ese, que aprenda a andar, aunque requiere su tiempo. Primero, el exoesqueleto ayuda al niño a adoptar una postura concreta con unos motores incorporados a la cadera y a las rodillas. Así consigue que el cerebro la asimile.

Después, el robot deja de ejercer toda su maquinaria para que el niño se esfuerce en el desarrollo de la rehabilitación. En esta fase toca entrenar los músculos, y aquí lo que se pretende conseguir es la autonomía de la persona que ha usado el CP-Walker.

¿Qué diferencia a este aparato del resto de esqueletos robots? En este caso, es el niño quien maneja el dispositivo durante 16 sesiones de una hora, siempre acompañado de dos muletas. Esta capitanía desemboca en la extensión de la cadera, la corrección de la inclinación de la pelvis y el control del tronco. Los primeros en probar el artefacto han sido ocho niños del Hospital Niño Jesús de Madrid, pero se espera que se amplíe el proyecto a otros centros hospitalarios.

El aparato está destinado a los niños

"Cuanto antes se inicie la fisioterapia, mejores pueden ser los resultados", explica al diario El Mundo Ignacio Martínez Caballero, consultor senior de la Unidad de Neuroortopedia del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología (COT) del Hospital Niño Jesús y responsable clínico de la puesta en marcha de este nuevo tratamiento.

CP-Walker podría entrar en el comercio en cinco años, pero hay que tener en cuenta cada caso. "La fisioterapia robotizada con este exoesqueleto es una herramienta muy útil pero, desde luego, no es la solución mágica para todos los niños con parálisis cerebral", añade Martínez Caballero. De momento, 120 niños serán los siguientes en probar este exoesqueleto.