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¿PUEDEN COBRARME UNA MULTA SIN NOTIFICAR?

Multa convertida en estafa: la polémica de las multas sin notificar que se intentan cobrar

Cuando nos ponen una multa se inicia un largo proceso para cobrar el importe, pero… ¿cuáles son nuestros derechos como ciudadanos?

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Es evidente que a ningún ciudadano, a ningún conductor, le resulta agradable recibir una multa…sea de la clase que sea. Esta afirmación incluye también a las multas de tráfico que, evidentemente, han sido creadas para intentar corregir comportamientos y concienciar acerca de algunas actitudes al volante que pueden resultar dañinas para la seguridad y la vida.

Por eso, cuando un conductor comete una infracción y es detectado por las autoridades, recibe una multa. A partir de ese momento se inicia un proceso legal, más o menos largo dependiendo de la infracción y de las circunstancias de cada caso, que (generalmente) desemboca en la recaudación del importe reclamado por la autoridad. En otros casos, sin embargo, el ciudadano consigue recurrir y convencer, anulándose la sanción propuesta. De cualquier manera, se trata de un proceso en el que el conductor tiene ciertos derechos que deben ser respetados.

¿Qué sucede con las multas que no son notificadas?

En algunos casos, sin embargo, las cosas no funcionan como deberían y se dan situaciones que no se ajustan a la norma. Es precisamente lo que le ha pasado a un conductor de Madrid que, tal y como ha manifestado a través de su perfil en Twitter, ha tenido que llevar a cabo una serie de pasos tras recibir la notificación que se le había sancionado con 900€por una multa de tráfico en la que además no había identificado al conductor.

Parece ser que en la actualidad es una empresa externa la que se encarga de notificar a los infractores la existencia de una multa de tráfico a su nombre, pero no de la manera en la que debería hacerse: si no encuentran al supuesto infractor, la empresa aparentemente da por notificada la sanción con un NIF y una firme que no son reales, convirtiendo en ese momento una multa en una estafa.

Estos actos parecen estar a la orden del día, e incluso el Ayuntamiento de la capital es consciente de ello aunque, según el Consistorio, se está intentando rescindir el contrato con la empresa adjudicataria de este servicio. Hasta el momento, son los conductores los que deben ocuparse de reclamar lo que legítimamente les corresponde, invirtiendo su tiempo y sus recursos en ello.

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