LO MEJORA TODO, SALVO SU DISPONIBILIDAD
Es un mito, es mejor que antes, y no puedes tenerlo
Pocos coches pueden presumir de haber resistido al paso del tiempo como el Lada Niva

Publicidad
Pocos coches pueden presumir de haber resistido al paso del tiempo como el Lada Niva. Dentro de su gama hay una versión que destaca por encima del resto: el Niva Bronto 2025, una especie de edición mejorada, robusta y preparada para los que siguen utilizando su todoterreno como lo que es: una herramienta de trabajo y aventura, no un adorno con tracción total.
El motor sigue siendo el de siempre, un 1.7 atmosférico de gasolina con 83 CV. Nada espectacular sobre el papel, pero más que suficiente para mover con solvencia un coche que no pesa demasiado y que compensa con creces su sencillez mecánica con capacidades reales en el campo. El Bronto sube literalmente un peldaño respecto al Niva clásico gracias a una altura libre al suelo mayor (24 cm), diferenciales delantero y trasero con bloqueo, eje trasero reforzado y amortiguadores específicos. Todo enfocado a mejorar sus cualidades fuera del asfalto.
Lo más interesante es que mantiene la fórmula tradicional del Niva: tracción total permanente con reductora y sin florituras electrónicas. Aquí no hay modos de conducción, ni ayudas innecesarias. Solo lo que se necesita para seguir adelante cuando el terreno se complica de verdad. Y eso, hoy en día, es algo bastante raro de encontrar.
Mejor acabado, misma esencia
El Bronto no se limita a mejorar la parte técnica: también introduce mejoras visibles, tanto en el exterior como en el interior. La versión Luxe incluye neumáticos específicos de campo, barras de techo, llantas de aleación de 15 pulgadas y pasos de rueda ensanchados, todo de serie. Un conjunto que refuerza su imagen de 4x4 clásico, funcional y preparado para lo que venga.
Si se opta por el acabado Prestige, se suman paragolpes reforzados, protecciones adicionales y luces antiniebla, todo en materiales pensados para resistir roces y maltrato sin mayores consecuencias. No es un coche pensado para llamar la atención en la ciudad, pero sí para que se fijen en él quienes saben lo que es quedarse atascado en barro hasta las rodillas.
El interior, como era de esperar, sigue siendo espartano, pero con algunos detalles que suavizan esa crudeza: tapicería bicolor de cuero, volante de cuatro radios con botones físicos y las dos clásicas palancas para gestionar la tracción. No hay pantalla táctil, ni conectividad avanzada. Pero tampoco distracciones. Todo está enfocado a conducir con atención y control, como se hacía antes.

Lo malo: no puedes tenerlo
Y cuando uno ya se ha convencido de que el Bronto es una alternativa honesta, eficaz y muy bien planteada, llega el jarro de agua fría: no se puede matricular en España. Su motor no cumple con las normativas europeas de emisiones y, además, el actual contexto geopolítico hace que traer vehículos desde Rusia sea cada vez más complicado. Así que, de momento, este todoterreno se queda al otro lado de la frontera.
Una lástima, porque su precio en origen (unos 16.300 euros al cambio) lo convierte en una auténtica ganga si lo comparamos con cualquier otro 4x4 nuevo del mercado. Basta recordar que un Suzuki Jimny Pro ya superaba los 23.000 euros, y que las opciones como el Toyota Land Cruiser, el Jeep Wrangler o el Ford Bronco arrancan en cifras que cuadruplican el coste del Bronto.
En resumen: el Lada Niva Bronto 2025 es uno de esos coches que no busca gustar, sino cumplir, y por eso gusta. Mejora al Niva tradicional en todo lo que importa, mantiene su fiabilidad y simplicidad mecánica, y sigue siendo uno de los pocos todoterrenos de verdad que quedan en producción. Pero, precisamente por eso, no lo podemos tener. Una paradoja más de este mercado tan regulado como desconectado del uso real que algunos todavía damos a un coche.
Publicidad