MANTENIMIENTO BÁSICO QUE NADIE HACE
El líquido que muchos no cambian cada dos años, y que acaba costando más de 2.000 euros en reparaciones
Casi nadie lo revisa, pero puede ser el mantenimiento más importante del coche. El líquido de frenos envejece con el tiempo y, si no se sustituye, acaba dañando una de las piezas más caras del sistema: la bomba del ABS.

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Cuando te sacas el carné de conducir, por lo general, te cuentan algunas cosas de mantenimiento, pero realmente nunca te enseñan nada “de verdad”. ¿Acaso recuerdas que te hayan dicho que el líquido de frenos hay que cambiarlo? No, seguro que no. Como tantas otras cosas que deberían explicarse y no se explican.
Y claro, muchos conductores creen que el líquido de frenos dura toda la vida, pero nada más lejos de la realidad. Este fluido absorbe humedad con el paso del tiempo, lo que reduce su punto de ebullición y provoca que el pedal se vuelva esponjoso o incluso falle en situaciones de frenada fuerte. El problema llega cuando esa humedad empieza a corroer los conductos internos y las válvulas de la bomba del ABS, una pieza que puede costar más de 2.000 euros entre repuestos y mano de obra.
La humedad es el enemigo
El líquido de frenos es higroscópico, lo que significa que absorbe el agua del ambiente. Aunque el circuito es cerrado, el propio uso del coche y las variaciones de temperatura permiten que pequeñas cantidades de humedad se mezclen con el fluido. En pocos meses, el porcentaje de agua puede superar el 3 %, suficiente para que el sistema pierda eficacia y empiece a generar óxido en el interior.

El resultado es una degradación lenta pero constante. Los primeros síntomas suelen ser un pedal más blando, una frenada menos precisa o la aparición del testigo del ABS. Sin embargo, cuando eso ocurre, el daño ya está hecho: la bomba del sistema antibloqueo, con sus electroválvulas y sensores, es extremadamente sensible a la corrosión interna.
Cómo evitar el problema –y la factura–
Cambiar el líquido de frenos cuesta entre 40 y 60 euros en la mayoría de talleres. No requiere herramientas especiales y puede hacerse junto con la revisión o el cambio de aceite. Además, hay medidores sencillos que permiten comprobar su estado: si marca más de un 3 % de humedad, es momento de sustituirlo. En algunos talleres recomiendan cambiar el líquido de frenos con el cambio de pastillas, lo que permite tenerlo todo siempre en el mejor estado posible y la factura tampoco sube demasiado.
En definitiva, ahorrar en este mantenimiento puede salirte muy caro. No cambiar el líquido de frenos a tiempo no solo pone en riesgo la seguridad, también puede arruinarte la bomba del ABS. Y eso, como poco, son 2.000 euros de lección práctica sobre lo que cuesta ignorar el mantenimiento más barato del coche.
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