MOVILIDAD ELÉCTRICA

Vehículos enchufables en España: ¿el bajo parque de eléctricos se debe a que faltan puntos de recarga?

Es o no es el problema la presunta escasez de puestos de carga rápida de la que a menudo se habla. Comparativa con la realidad del país vecino.

vehiculo cargando

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Un caso no exactamente reciente, pues viene circulando desde al menos 2024 en los portales especializados, sirve como punto de partida para volver a arrojar sobre la mesa de debate el tema de las recargas de coches híbridos y eléctricos. Un conductor de híbrido enchufable, una recarga casera improvisada y una multa no por la carga en sí, sino por la indebida ocupación del espacio de parte de su coche, un Volkswagen Golf GTE adquirido cuatro años atrás.

La infracción de 30 euros emitida al usuario portugués en cuestión fue consecuencia de haber adoptado por necesidad la costumbre de utilizar la acera para aparcar allí su compacto híbrido enchufable a la hora de la recarga por no contar con una mejor alternativa. Un cable saliendo por debajo del portón y a recuperar la energía consumida. El hecho de compartir vivienda con otros inquilinos y no contar con lugar suficiente y adecuado para instalar un punto privado, da la pauta de que los PHEV y los eléctricos, analizando el asunto desde las cargas en casa, no siempre son lo mejor.

Parte del sentido del ser propietario de un vehículo eléctrico o un híbrido enchufable radica en las recargas de hogar, en especial cuando las infraestructuras públicas no garantizan total confianza para apostar por estos sistemas de propulsión sin tener que preocuparse si, como en el caso citado, no se tienen los medios para dejar conectado el coche en red doméstica como corresponde. La falta de puntos públicos de recarga rápida fue mencionada como parte del problema cada vez que el ejemplo de este Golf GTE trascendió, ¿pero debe ser tomada realmente como problemática? Y en ese caso, ¿a qué niveles y dónde?

Volkswagen Golf GTE
Volkswagen Golf GTE | Volkswagen

Movilidad eléctrica en España: ¿es realmente la falta de puntos de recarga el problema?

Un relativo en países inmediatos como la propia Portugal, porque están los números y las comparativas de ratios, por un lado, y otros factores que contrarrestan favorablemente, por el otro. Existen en el vecino peninsular ventajas asociadas a la agilidad: una que, dado que se rige por una única reglamentación estatal, beneficia a la rapidez de la puesta en vigor de los puntos de recarga; la otra, vinculada a una consolidada automatización del pago de los clientes en las estaciones. No obstante, no se puede soslayar que en Portugal los híbridos deben convivir con una cantidad mayor de coches eléctricos por cada punto de carga rápida. Las iniciativas gubernamentales generan que allí los conductores se decidan por vehículos eléctricos aunque el ratio de unidades por puesto de recarga no sea, precisamente, de los mejores en la región.

En pocas palabras, muchos eléctricos y pocos puntos públicos. Los PHEV no se desentienden de dicho contexto y, más allá de las eficiencias estructurales del país en materia de movilidad sostenible –mejores incentivos y generosos ahorros por las exenciones fiscales aplicadas–, para usuarios de enchufables como el conductor del Volkswagen el mapa de estaciones de recarga eléctrica puede resultar un contratiempo. ¿Se puede leer esto de la misma manera en España, donde la relación entre cantidad de coches eléctricos y de puntos de carga rápida se da a la inversa?

Algo es seguro respecto del mercado español: carece de sentido hablar de falta de puntos de carga rápida. Son ciertas las deficiencias que los rodean –entre ellas, la ralentización de las puestas en funcionamiento debido a que se depende no de una, sino de tres reglamentaciones–, pero la realidad indica un excedente de estaciones verdes en relación con los eléctricos que circulan. Es decir que, como ha asegurado el director general de la empresa Arval, lo que se produce en los clientes españoles es una falsa percepción de escasez de puntos públicos. En resumen, si la situación del dueño del GTE hubiese ocurrido en España, tal vez y solo tal vez no habría tenido la necesidad de darle ese mal uso a la acera.

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