¿Haces 20.000 km al año? Cualquier coche diésel tiene un argumento muy sólido

En esta época de revolución en las motorizaciones, con las eléctricas y las híbridas ganando terreno, con la inclusión del gas licuado del petróleo y con la búsqueda de combustibles alternativos, hay uno que está condenado a desaparecer en los próximos años, el diésel. Sin embargo, los coches con esta propulsión aún son de las mejores opciones para quien acostumbre a sumar muchos kilómetros año tras año.

El motivo más evidente es el propio diseño y funcionamiento de los motores diésel. Son más robustos y propulsan a bajas revoluciones por minuto. Esto se traduce en un menor desgaste y, en consecuencia, una vida del vehículo mucho más larga. Además, en este mismo sentido, el aumento de la durabilidad supone menos necesidad de mantenimiento y, por lo tanto, un ahorro de costes en este sentido. Incluso el diésel tiene una mecánica más sencilla, sin bujías por ejemplo, y a cuantos menos componentes tenga un motor, menos probabilidad de que uno falle.

Consumo reducido

En definitiva, para quienes realicen largos trayectos, los motores diésel son los más fiables. También los que producen un mayor ahorro a largo plazo, no solo por reducir el mantenimiento, el consumo de combustible es igualmente inferior a los propulsores de gasolina. Incluso motorizaciones híbridas tienen un consumo combinado más alto que las diésel.

Pongamos como ejemplo un Renault Clio. Mientras su motorización de gasolina de 90 CV alcanza los 5,2 litros de consumo de combustible cada 100 kilómetros, en la propulsión diésel baja hasta los 4,1 litros y eso que suma mayor potencia, 100 CV. O el Volkswagen T-Roc, cuya versión de 115 CV consume 5,8 litros con motor de gasolina y 4,8 con diésel. Las diferencias son abismales y en el bolsillo se notan bastante a final de cada mes.

Paquetería y logística

Los motores diésel son especialmente productivos para el sector del transporte, tan importante en una época de explosión de la paquetería y la logística. Estos propulsores cuentan con mayor par motor, siendo coches que transportan con mucha facilidad cargas muy pesadas, sin aumentar drásticamente el consumo de combustible. De ahí que modelos relacionados estrechamente con estos sectores laborales incluyan motorización diésel, como el Citroën Berlingo, el Citroën Jumpy o el Opel Combo.

Por eso mismo, también es una opción ideal para SUV de gran tamaño, pesados y con gran capacidad de carga como el Audi Q7, el BMW X7, el Volkswagen Touareg o el Mercedes GLE. Aún quedan modelos muy interesantes con motorización diésel porque las propias compañías reconocen su utilidad, pero ya son una alternativa muy minoritaria en el mercado, y se van diluyendo cada vez más.

Cinco cosas que hacemos mal y que nuestros vehículos odian en silencio