Este podría ser el siguiente producto de la nueva EBRO y tiene una pinta tremenda

Aunque todavía no hay confirmación oficial, todo apunta a que el próximo paso de EBRO será dar el salto al terreno de los SUV grandes con un modelo basado en el Chery Tiggo 9L. ¿Y qué tiene eso de español? Pues lo justo, pero suficiente: como ya ocurre con el S700 y el S800, EBRO adapta para Europa modelos de la china Chery, les pone su sello, los maquilla un poco y les da salida con cierto orgullo nacional. ¿Puro marketing? Puede. ¿Funciona? También.

El Tiggo 9L, que acaba de presentarse como prototipo, parece ya más listo para la calle que para un salón del automóvil. Tiene pinta de que no va a tardar mucho en entrar en producción, y aunque los de Chery hablan de 2026, todo esto puede moverse más rápido si EBRO se sube pronto al tren. No hay cifras de ventas, ni precios, ni confirmaciones, pero la idea de un 4x4 híbrido, de siete plazas y con pinta de tanque elegante, ya está en el aire. Eso es suficiente para empezar a soñar.

Por fuera, el coche no se anda con medias tintas. Se aleja de los SUV redonditos que parecen huevos con ruedas y apuesta por una carrocería angulosa, con parrilla iluminada y faros LED en forma de H. Recuerda más a un Jeep moderno que a los SUV urbanitas que pueblan nuestras calles. Mide 5,05 metros de largo y tiene una batalla de casi tres metros, así que esto no es precisamente un Captur vitaminado: es un bicho. La trasera, con pilotos verticales y también forma de H, remata un conjunto serio, con músculo y sin estridencias de feria china.

Tecnología a raudales, incluso bajo los pies: pantallas, IA y cámaras hasta para verte los bajos

Por dentro, el coche no va cojo precisamente. Hay tres pantallas LCD de lado a lado, visión 540º (sí, incluye lo que pasa debajo del coche), zonas de climatización independientes y pantallas de entretenimiento para la segunda fila. Todo esto va aderezado con un sistema de inteligencia artificial que aprende de ti y adapta el coche a tus manías. Ideal para los que odian que les cambien el volumen del GPS o que les toquen los retrovisores.

Pero más allá del show tecnológico, lo que llama la atención es el planteamiento mecánico. Lleva un sistema híbrido con cuatro motores: un 2.0 turbo de gasolina con 272 CV y tres eléctricos cuya potencia combinada aún no se ha anunciado. No obstante, todo apunta a una tracción integral bien parida, y a un comportamiento que se adapta tanto a la ciudad como a caminos más salvajes.

¿Y eso de que las ruedas traseras también giran? Exacto. El Tiggo 9L monta dirección en el eje trasero, lo que mejora maniobrabilidad en ciudad y estabilidad en carretera. Además, lleva una suspensión hidráulica activa, gestionada por IA, que lee el terreno antes de pisarlo y se adapta al milímetro. No es solo marketing: esto puede marcar la diferencia entre una experiencia premium y un mareo en cada bache.

¿EBRO fabricando un tanque híbrido en España? Pues igual sí. Y ojalá

Si este modelo llega finalmente bajo el paraguas de EBRO, podríamos estar ante el SUV más ambicioso fabricado por una marca española en años. Es cierto que el mérito técnico será de los chinos, pero si EBRO lo sabe vestir bien y consigue ajustar el precio, podría convertirse en una alternativa real al Jeep Grand Cherokee, al Hyundai Santa Fe o incluso a algún Volvo de siete plazas.

La pregunta es: ¿está el público preparado para un EBRO de más de cinco metros, con cuatro motores, pantallas hasta en el salpicadero del copiloto y pinta de bestia elegante? Si llega con buena estrategia de precio, sí. Porque el coche tiene lo que hace falta: diseño, tamaño, tecnología y, sobre todo, un enfoque distinto. No busca parecerse a los demás, sino plantar cara con personalidad.

Y eso ahora que estamos a reventar de coches clonados y marcas con nombres de ensalada, ya es mucho decir.

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