Derrapamos sobre la nieve de la mano del Volkswagen R Ice Experience

Quien no ha soñado con derrapar sobre un lago helado como si no hubiera un mañana, a veces los sueños se cumplen. Nos ha tocado hacer las maletas para viajar hasta la Laponia sueca, concretamente a la localidad de Arvidsjaur para poder disfrutar la de la Volkswagen R Ice Experience rodeados de un hermoso paisaje.

Una experiencia única que puso a pruebas nuestras habilidades al volante y que sobre todo nos hizo disfrutar como nunca. Aunque sea divertido pilotar a toda velocidad sobre la nieve y el hielo, hay que tener claro que se trata de unas superficies a las que debemos tener respeto pero no miedo.

En esta ocasión es más difícil, si cabe, la nieve complica las maniobras al volante, pero si además le añadimos que los vehículos son eléctricos hay que tener un mayor tacto con el acelerador, la cosa se complica. Y es que la entrega de potencia del golpe de estos vehículos al pisar el pedal puede marcar la diferencia entre hacer un increíble derrape o que nos salgamos de la trazada.

Damos el pistoletazo nos pones al mando del Volkswagen ID.3, nos familiarizamos con el terreno y cogemos tacto a la aceleración de este tipo de vehículos. Una de nuestras mayores credenciales es ser prudente lo que nos hizo ser más preciosos y tener un mayor control con el vehículo.

Otro punto de suma importancia a la hora de la conducción se encuentra en nuestra mirada, ya que a donde miremos es el lugar donde llevaremos el coche, lo que nos ayuda a anticipar nuestro movimiento ante situaciones de riesgo.

Después de calentar motores con el ID.3 vamos al plato fuerte, dejando a un lado los motores eléctricos para pilotar a una bestia con 320 CV, el Golf R. A todo el mundo le gusta el Golf, por algo es el rey de los compactos, pero si además tienes la versión más potente bajo tus manos es inevitable querer pisarle a fondo.

Nuestros movimientos sobre la nieve de Suecia estuvieron acompañados de un increíble sistema de tracción, el cual es capaz de repartir equitativamente de la potencia del motor a las cuatro ruedas. Lo que nos permitió arriesgar más y poder “bailar” a la hora de tomar curvas.

Asimismo, la transferencia de pesos tiene un papel fundamental en los movimientos del coche, ya que en el momento de acelerar el peso se traslada a la parte trasera, sin embargo, cuando frenamos ocurre todo lo contrario. Sabiendo esto debemos combinarlo para poder jugar con volante e ir regulando gas y así entrar de lado en las curvas.

Será difícil de olvidar una experiencia así con un entorno tan mágico. De la que, además, hemos aprendido un motón de trucos y lecciones que podemos aplicar en nuestro día a día que nos podrán ayudar a evitar un percance.

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