TIENE SENTIDO
Cómo ahorrar combustible sin hacer trucos raros
Ahorrar combustible se ha convertido en una obsesión para muchos, y no es para menos: con los precios bailando al ritmo del mercado y los aranceles, llenar el depósito es casi como pagar un capricho de lujo. El problema es que, al igual que con los gurús de las inversiones de Youtube, hay demasiados consejos que más que ayudar, acaban liando al conductor.

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Ahorrar combustible se ha convertido en una obsesión para muchos, y no es para menos: con los precios bailando al ritmo del mercado y los aranceles, llenar el depósito es casi como pagar un capricho de lujo. El problema es que, al igual que con los gurús de las inversiones de Youtube, hay demasiados consejos que más que ayudar, acaban liando al conductor.
Que si llevar el coche en punto muerto, que si bajar una cuesta con el motor apagado (ni se te ocurra), que si inflar las ruedas con nitrógeno… Al final, tanto truco termina por saturar, por eso, aquí te vamos a dar unas cuantas pautas básicas, reales y fáciles de seguir.
Cuida el acelerador (y no vayas con prisas)
Uno de los errores más comunes es conducir a tirones. Acelerar de golpe, frenar fuerte, volver a acelerar... Así se gasta más combustible y también se castiga más el coche. La conducción suave, sin cambios bruscos, no solo reduce el consumo: también alarga la vida del motor y de los frenos.
No hace falta ir como una tortuga, pero sí conviene mantener una velocidad constante y anticiparse a lo que pasa en la carretera. Si ves que un semáforo está en rojo o que hay un coche lento delante, levanta el pie del gas con antelación. Piensa que aunque no reduzcas, el semáforo seguirá allí, y todo lo que sea evitar frenar a última hora ayuda.
Además, los coches modernos tienen indicadores de consumo instantáneo. Echarles un ojo de vez en cuando puede ayudarte a ver cómo reacciona el coche según cómo conduces. Es una guía práctica y sencilla para corregir malos hábitos.
El aire acondicionado no es gratis
Parece una tontería, pero el climatizador puede hacer que el consumo suba un litro cada 100 kilómetros. Sobre todo en trayectos urbanos o a baja velocidad, donde el motor trabaja más para mover el compresor. Por eso, si no hace mucho calor es mejor bajar la ventanilla sin más.
Eso sí, a más de 80 km/h ya conviene llevar las ventanillas subidas porque el aire que entra frena el coche y hace que necesite más fuerza para mantener la velocidad, así que si vas por carretera, usa el aire con moderación, y si estás en ciudad, abre las ventanas cuando puedas.
Tampoco viene mal apagar el sistema de climatización unos minutos antes de llegar a destino. Así el coche se aclimata poco a poco y evitas que el compresor siga funcionando innecesariamente.
Revisa la presión de los neumáticos
Es uno de esos detalles que nadie mira nunca, pero llevar los neumáticos bajos de presión aumenta el consumo, y además afecta a la estabilidad, al desgaste de la goma y, en general, a la seguridad.
Una presión correcta (la que indica el fabricante en la puerta) reduce la resistencia a la rodadura, hace que el coche se mueva mejor, y necesite menos esfuerzo para avanzar.
Aprovecha cuando pases por una gasolinera para revisar la presión, sobre todo si has cargado el maletero o vas a hacer un viaje largo. Es un gesto rápido y gratuito que puede suponer varios euros de ahorro al mes.
No cargues el coche como si te mudaras
Cada kilo de más se nota. Si vas siempre con el maletero lleno de cosas que no usas (herramientas, sillas viejas, bolsas que no sabes ni qué llevan), estás obligando al coche a trabajar más. Lo mismo pasa con los portaequipajes o las bacas: si no las usas, quítalas.
El exceso de peso aumenta el consumo y, si se acumula durante meses, afecta también a la suspensión, a los frenos y a los neumáticos. En resumen: lleva solo lo necesario. Ni más ni menos.
No necesitas hacer malabares para ahorrar combustible. Basta con cuidar cómo conduces, vigilar el coche de vez en cuando y no cargarlo como si fueses de mudanza. Con eso, lo notarás en el bolsillo y en la tranquilidad al volante.
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