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KAMAZ tiene un nuevo elefante para el desierto

KAMAZ tiene un nuevo elefante para el desierto

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Si hay un país que tiene una larga tradición en raids y que sigue cada edición del Dakar como si de un evento nacional se tratara, ese es Rusia. Todos los años la nación de Vladimir Putin despide a los integrantes del equipo KAMAZ con una celebración digna de un zar y con la esperanza de que cuatro semanas después uno de esos tríos (piloto y dos copilotos) regrese a Moscú alzando el tuareg dorado que te acredita como ganador de la cita todo terreno más dura del planeta. El equipo, ahora liderado por Vladimir Gennadiyevich Chagin, siete veces ganador del Dakar en camiones es como una gran familia. Algunos de sus pilotos, como Airat Mardéyev, comenzaron como mecánicos y fueron escalando hasta llegar a formar parte del equipo oficial e incluso ser ganador de la edición 2015 de la prueba que ahora se celebra en Sudamérica. En aquel momento, en las calles de Buenos Aires y con el trofeo en mano, dedicó su victoria al cielo, recordando a su padre, al también ex-piloto de KAMAZ e ingeniero cuyo mejor resultado fue ser segundo en el Dakar de 2007 y que fallecía un año antes tras un accidente en quad. Precisamente, por esa tradición que caracteriza a la marca es difícil asistir a revoluciones en su diseño o en su formación que se salgan de un guion con marcado acento ruso, sin embargo, este año será así. Tras retrasarse el estreno del nuevo camión la pasada temporada debido a que el cambio en el reglamento del ACO y la FIA en materia de suspensiones (menor recorrido) obligaba al equipo a centrarse en la adaptación de los antiguas unidades de cara al Dakar 2016, parece que ya ha llegado el momento de que al fin veamos esa nueva imagen que en nada se parece a la cabina plana que han lucido tradicionalmente estos camiones.
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En concreto, gracias a un acuerdo tecnológico con Mercedes-Benz, el nuevo diseño de camión hereda la cabina del Zetros del fabricante germano (chasis, suspensiones y trasmisión provienen del KAMAZ 4623), apodándolo cariñosamente como ‘ Kapotnik’ y con un morro en forma de protuberancia que sigue la línea marcada por el IVECO de Gerard De Rooy que ganó la última edición del Dakar. En sus entrañas, también hay muchos cambios, diciendo adiós al tradicional propulsor V8 de MAN que era preparado por Liebherr. Y es que además de las modificaciones reglamentarias en materia de suspensiones, también habrá novedades de cara a 2017 en cuanto al cubicaje de los motores que utilizan los camiones. Es por ello que se pasará a utilizar un nuevo corazón diésel (origen Caterpillar y desarrollado por Buggyra) de 12,5 litros y 6 cilindros, capaz de entregar hasta 980 CV de potencia. Con una caja de cambios de 16 velocidades y apenas 8.900 kilogramos de peso, las cifras que entrega este elefante del desierto no tienen nada que envidiar a los grandes camiones que surfearon las dunas africanas en el pasado. Ni más ni menos que un 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos y una velocidad limitada a 163 km/h por seguridad. Con esta nueva camina, se espera que KAMAZ tenga un mejor reparto de pesos, situando el cockpit detrás del eje delantero y bajando el centro de gravedad, algo que se espera que le dote de mayor estabilidad y maniobrabilidad en recorridos sinuosos como los que pueblan en la actualidad el Dakar. A pesar de que se espera que debute ya esta misma temporada en el Ruta de la Seda, será Eduard Nikolaev el que dicte sentencia y diga si KAMAZ está lista para una nueva era. Buena muestra de ello es que un año después, el nuevo camión sigue luciendo la librea típica que lucen todos los modelos de competición patrocinados por Red Bull durante los test (Peugeot 2008 DKR, 208 T16 PPIHC…) El Dakar 2017 espera y en Rusia está permitido un tropiezo, pero no dos. El próximo enero deberán volver a la Plaza Roja de Moscú con un tuareg dorado en sus manos.

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