'Historias extraordinarias' es el nombre elegido por la agencia Contrapunto BBDD para compilar una serie de, eso, historias extraordinarias sobre la Lotería de Navidad que han sido convertidas en anuncio. Y en 'podcast' también. El de 2022 ha sido un poco más peculiar con respecto al formato: Loterías y Apuestas del Estado hizo públicos en noviembre tres anuncios diferentes, enmarcados en la misma campaña, y alguna historia real convertida en cuña publicitaria para radio y otros soportes en audio. Pero también avanzó que eso no sería todo y a lo largo del mes de diciembre ha ido sacando en versión 'podcast' algunas de las historias reales vinculadas con el sorteo.

La de esta semana es la que recoge la historia del pintor, periodista y pedagogo oscense Ramón Acín y cómo su amistad con Luis Buñuel lo llevó a financiar el que luego se convirtió en uno de los documentales más importantes del cine español. Esta historia, extraordinaria pero real, comenzó en Zaragoza en 1932, con Acín y Buñuel tomando un café en 'Ambos Mundos', un local que reunía a artistas, sindicalistas, miembros de movimientos libertarios, músicos y artistas —hasta 1955, cuando cerró sus puertas— mientras de fondo sonaba una zarzuela de Pablo Luna.

Allí, en una de las mesas de la cafetería, Buñuel le confesó a su amigo que no pasaba por su mejor momento económico, impidiéndole sacar adelante un documental sobre una comarca sumida en la pobreza, Las Hurdes. Acín, preocupado y comprometido, decidió ayudarle en la medida de lo posible: "Luis, me han traído de Madrid un décimo de Lotería de Navidad. Si me toca, yo te ayudo con esto", le prometió, tal y como relatan en 'Ramón Acín', el tercer 'podcast'-anuncio del sorteo navideño. La promesa se convirtió en deuda aquel 22 de diciembre, cuando del sorteo salió un primer premio que coincidía exactamente con el boleto que alguien le había regalado a Acín desde la capital.

A Acín le tocaron por aquel entonces 150.000 pesetas, de las cuales destinó 20.000 a aquel documental sobre un pueblo que se moría de hambre. 'Las Hurdes, tierra sin pan' vio la luz en 1933 como documental mudo, contando la historia de una región sumida en la miseria que había sido recogida en un estudio antropológico firmado por Maurice Legendre y que el propio Buñuel había leído poco antes.

Cabe destacar, en este punto, en las dificultades a las que tuvo que hacer frente Luis Buñuel con este documental, dado el momento en el que estrenó 'Las Hurdes': mientras la República luchaba por mostrar sus avances al mundo, Buñuel daba a conocer una región entre Salamanca y Cáceres "en la que las condiciones de vida de sus habitantes, las comunicaciones y el desarrollo social y educativo eran nulos (...), un trozo del territorio español cuyos modos de vida permanecían estancados desde principios del siglo XIX o incluso antes", en palabras de Manuel Martínez Forega en 'Las Hurdes de Cáceres y 'Las Hurdes' de Luis Buñuel: la analogía como denuncia social y conmoción artística', publicado en la revista Luciérnaga Audiovisual de Colombia en 2008.

"Si la intención del film era la denuncia, eso lo entendió muy bien el Gobierno republicano prohibiendo su exhibición en España", asegura, aunque esto no detuvo su salida fuera de España. De hecho, dos años después de su estreno, Buñuel obtuvo de la Embajada española en París una subvención para poder sonorizarlo, por lo que en 1935 'Las Hurdes, tierra sin pan' se convirtió en un documental sonoro, narrado en francés. En 1964, tres décadas más tarde, el festival de Cine de Mannheim lo incluyó entre los 12 mejores documentales de la historia.

El favor que regresó a Ramón Acín

Tras el éxito de 'Las Hurdes, tierra sin pan', obra de referencia a todas luces, el favor que Ramón Acín le hizo a Luis Buñuel le fue devuelto años más tarde a su familia —Acín fue fusilado en agosto de 1936, cuando los sublevados llegaron a Huesca—. El 24 de diciembre de 1962, Buñuel regresa a Zaragoza por Navidad, momento que aprovechó para escribir una carta a las hijas de Acín, Sol y Katia.

"Queridas amigas Katia y Marisol,

He venido aquí para pasar la Nochebuena en Familia. Hubiera querido ir a visitarlas a Huesca pero resulta muy corrido ya que mi estancia en Zaragoza no va a pasar de tres días. En Marzo volveré otra vez para permanecer en España unos meses. Entonces tendré que verlas sea como sea.

Vengo de París, en donde he conseguido sacarle al distribuidor 200.000 francos, o sea, 25.000 pesetas. Mi cuñado, el ingeniero Sr. Vicente Mercadal, Costa 6, Zaragoza (Tel. 22525) las tiene desde ahora a su disposición previa presentación de esta carta.

Cuando nos veamos hablaremos largo y tendido sobre el film que casi es ya del dominio público en el sentido de que muchas de las copias que salen en los cine-clubs no se sabe ni de dónde vienen, es posible que Monsieur Braunberger, el distribuidor, me dé unas 30.000 pesetas más en marzo. Pero tendrían que renunciar al film. Hablaremos y tomaremos la solución que más les convenga.

Hasta entonces, tanto a ustedes como a su marido le saluda con gran afecto.

Luis Buñuel"