El 28 de mayo hay elecciones autonómicas (en algunas regiones) y municipales (en todos los de España). De ahí que desde el pasado 12 de mayo, las calles y avenidas estén repletas de carteles con la cara de los candidatos pidiendo el voto (e incluso algunos incorporan pinceladas de suprograma electoral). Aun así, es posible que a más de uno se le haya pasado el plazo para pedir elvoto por correoal vivir fuera de España. E incluso en una ciudad diferente de la que está empadronado. También puede darse el caso en el que el ciudadano no pueda acudir a votar por estar enfermo. O que, directamente, no quiera ir por indiferencia. Motivos hay muchos, pero la realidad es una: la abstención no afecta a los resultados de las elecciones.

Los votos que no se introducen en las urnas no favorecen ni perjudican a nadie, pues no se llegan a introducir en las urnas y, por lo tanto, no afectan al resultado de los comicios. Pero sí que se cuentan. En las de Andalucía del 19 de junio de 2022 cuatro de cada diez andaluces no fueron a votar. El ganador, el candidato del PP, sacó el 43,13% de los votos. Pero, en población, realmente le votaron muchos menos andaluces: el 23,65%, tal y como desveló laSexta Clave.

En el caso de las últimas elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, el 33,76% de los ciudadanos no votaron. Es decir, casi tres de cada diez personas llamadas a votar se abstuvieron de hacerlo. Votó un 66,24% del electoral. Ese porcentaje de abstención fue similar al de las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo de ese mismo año: un 34,80%, según datos del Ministerio del Interior.

Sin embargo, en las elecciones autonómicas que se han celebrado desde entonces el porcentaje ha variado más en función de las restricciones de la pandemia: por ejemplo, en Galicia, País Vasco y Cataluña —que se celebraron en 2020— hubo un 51,03%, un 49,22% y un 51,29% de abstención respectivamente. Caso llamativo fue el de Madrid, que a pesar de celebrarse en 2021 —aún con restricciones por el Covid-19— registró un 28,26% de abstención.

El análisis que realizó en su día laSexa Clave llegó a la conclusión de que la polarización de esos comicios movilizó a un sector que solía abstenerse: las clases bajas, quienes no se solían sentir identificados con ningún partido político al considerar que los líderes políticos tienen una visión elitista que no les representan. También influía la falta de confianza y de esperanza en el futuro. Sin embargo, en las madrileñas de 2021, la participación en barrios tradicionalmente de izquierdas —como Puente de Vallecas, Getafe o Fuenlabrada— creció de diez puntos.