Estamos tan acostumbrados a abrir el grifo para beber, ducharnos o limpiar o a comprar una botella para saciar nuestra sed que no somos conscientes de lo que supone.

Una botella de plástico de un litro de agua mineral necesita mucha más agua para producir el envase. La proporción es que para fabricar una botella de 1,5 litros se utilizan 7,5. Este sinsentido se produce con un recurso escaso, vital e imprescindible para la vida, como es el agua dulce y potable.

Un bien muy, pero que muy, escaso. La mayor parte del agua del mundo es salada, un 97,5%, y el 2,5% restante es obviamente agua dulce. De esa pequeña cantidad, el 1,6% está congelado, o sea que se encuentra en glaciares y casquetes polares. La mayor parte del 0,9% restante se encuentra en el suelo en forma de humedad o en lugares que no permiten su explotación. Solamente el 0,007% es el agua que vemos en ríos, montañas y que nosotros consumimos.