Cataluña lleva 225 días con un gobierno en funciones. Han pasado 87 días desde las elecciones. Los independentistas llevan casi tres meses intentando acordar un nuevo Govern de la Generalitat. Desde el 14 de febrero, exactamente. Desde ese día hemos visto poco amor entre los socios. Más que socios son enemigos públicos. En Cataluña hay un 36% de paro juvenil. En Cataluña hay un 14% de paro femenino. Han desaparecido 4.000 PYMEs en el último año. En Cataluña, 1 de cada 3 niños está en riesgo de exclusión social. En Cataluña hay un millón de pobres. Estos datos los ha dado Gabriel Rufián en la rueda de prensa de los martes. Lo ha hecho para justificar que es urgente formar Gobierno.

La relación entre los socios independentistas ha vuelto a saltar por los aires. No se soportan. Los dos lo saben. Lo incomprensible es que sigan queriendo gobernar juntos. Lo demencial es que quieran seguir bajo el mismo techo aún sabiendo que sólo se hacen daño a ellos mismos y, sobre todo, al país que tanto aman. Los portavoces parlamentarios de ERC y Junts se han lanzado este martes dardos desde el mismo micrófono de la sala de prensa del Congreso. Primero lo ha hecho Miriam Nogueras, portavoz del partido de Carles Puigdemont. Después, Gabriel Rufián.

Para ella es fundamental que en Madrid, las fuerzas independentistas no den estabilidad al Gobierno de España en determinadas cuestiones. Quieren que ERC acepte boicotear a Sánchez, el Presidente al que los de Junqueras ayudaron a investir y con el que tienen un acuerdo para poner en marcha una mesa de diálogo. Junts busca romper toda relación de ERC con el PSOE. "El verdadero adversario es el Gobierno español y la causa superior es la independencia", ha sentenciado Nogueras. Le ha pedido a ERC que no se conforme "con las migajas de Moncloa" y que pacte con ellos para no estafar a los miles de votantes que les votaron. Desde Junts ya están construyendo un relato claro por si hubiera que volver a colocar las urnas. Dos ideas repiten sin cesar: que ellos no se van a levantar de la mesa y que no entienden por qué ERC sí lo ha hecho. Ya estamos en el reparto de culpas.

Gabriel Rufián ha salido como un Miura a contestar a la portavoz de Junts per Catalunya. En ERC están muy molestos con sus socios por pretender llevarles a una negociación imposible exigiéndoles cosas con el único objetivo de atarles de pies y manos para convertirse en rehenes de Puigdemont. En ERC son conscientes de que Junts les hará la oposición estando dentro o fuera del Govern. Por eso prefieren tenerlos lejos y buscarse la vida para sobrevivir sin lastres ni tutelas. Para los republicanos catalanes es inconcebible una repetición electoral. Dicen que su sueño sigue siendo la independencia y la autodeterminación pero que eso no es incompatible con atender la urgencia económica que ha dejado la pandemia. Piden a los de Puigdemont que faciliten la investidura de Pere Aragonès puesto que ellos obtuvieron más votos y más escaños.

La última reunión entre ambos ha terminado en fracaso y Cataluña vuelve a estar en un callejón sin salida. Junts no quiere facilitar el Gobierno en solitario de ERC. Salvador Illa, ganador de las elecciones, pide paso pero ERC, a pesar de asegurar que repetir elecciones es inconcebible, se niega a facilitar un gobierno del PSC. Los diputados de Ada Colau están dispuestos a investir a ERC si entran en el Gobierno, pero sus votos y los de la CUP resultan insuficientes.

Así que quizás Cataluña quede abocada a una repetición electoral. Es probable que los resultados sean parecidos. Entonces, a los socios que tanto se odian no les quedará más remedio que forjar un pacto. Aunque sea malo y se firme entre cuchillos. Porque solo les une la independencia. Y no parece motivo suficiente esta hoja de ruta para entenderse.