Aunque es el órgano más grande del ser humano, seguramente la piel es también el más olvidado de todos. Salvo por intentar frenar el paso de la edad en la cara con miles de cremas, o vigilarnos los lunares, poco más solemos hacer por cuidarnos y lo castigamos más que deberíamos.

Y si hay una época del año donde más ponemos al límite las células de nuestra piel, esa es sin duda el verano. No solo porque hay mayores horas de luz y la radiación solar incide en mayor medida sobre nosotros, sino porque una gran parte de la población disfruta "tostándose" al sol y se olvida de la protección. No digo que no nos echemos protector solar. Más bien se nos olvida volver a ponernos protección pasado un tiempo, o no utilizamos el factor de protección que más nos conviene (sin hablar de cuántos "reciclan" las cremas de años anteriores…).

Sol y radicales libres

De entre otras muchas, la radiación solar es una de las principales fuentes de radicales libres en nuestro organismo. Estas sustancias son moléculas capaces de alterar nuestros sistemas corporales (oxidándolos), provocando y acelerando la aparición de enfermedades, además de ser responsables directos de un envejecimiento también más acelerado. De hecho, para este proceso en la piel hay hasta una palabra concreta: fotoenvejecimiento.

Y como siempre hay "un roto para un descosido", también hay sustancias que son las encargadas de inactivar esta oxidación corporal de los radicales: los antioxidantes (esto seguro que ya te va sonando más). Mucho se ha hablado de ellos y del gran potencial preventor de enfermedades y del envejecimiento acelerado del cuerpo.

Pero no hace falta obsesionarse con ellos y comprarse botes, pastillas y demás productos para tomar todos los antioxidantes que podamos. Con que sigamos una dieta rica en frutas, verduras y hortalizas, ya los obtenemos de forma natural, sin necesidad de tragarnos una pastilla, y, por supuesto, mucho más baratos.

Alimentos y antioxidantes

Básicamente, los alimentos de origen vegetal son los que van a aportarnos los antioxidantes que van a proteger nuestra piel durante todo el año, y especialmente en verano. Aunque no todos tienen de todos los antioxidantes, ni en la misma cantidad, si seguimos una dieta variada será suficiente.

¿Qué es una dieta variada? Si estás pensando en "comer de todo", te acercas, pero no es 100% la definición que deberíamos aprendernos. Comer equilibrado podemos decir que se refiere a "comer de todos los grupos de alimentos que necesitamos cada día", y variado hace más referencia a comer de los diferentes alimentos que componen cada uno de los grupos.

Para que nos hagamos una idea: sabemos que hay que consumir, mínimo, 3 piezas de fruta al día, aproximadamente. Si solo como naranjas, es verdad que vitamina C no me va a faltar, pero estoy dejando fuera otras frutas como el plátano, que es rico en potasio, o el kiwi, que es rico en ácido fólico. Por lo que variado sería que, dentro de las frutas, comamos diferentes frutas durante el día, la semana y el mes.

Con esta sencilla explicación y hábito a incorporar en nuestro día a día (sobre todo ahora en verano que nos compramos una sandía de 7 kilos y desayunamos, comemos y cenamos sandía…) sería suficiente para tener cubierto nuestra necesidad de antioxidantes diarios.

Alimentos para cuidar la piel en verano

Antes de hablar de alimentos, lo primero que tenemos que hacer mención es al agua. Es uno de los puntos más importantes después de tomar el sol: una correcta hidratación. Con la sudoración habremos perdido mucha agua, tanto en la piel, como de forma general en el cuerpo. Y aunque pueda parecer una obviedad, antes de lanzarnos a comprar cremas hidratantes para mantener la piel tersa y suave, ¿no es más lógico hidratarnos de la forma más simple y natural que hay, bebiendo agua?

Y, en segundo lugar, garantizar una correcta ingesta de antioxidantes para que nuestro cuerpo esté bien protegido. Y como hemos dicho, las fuentes vegetales son la mejor opción. ¿Dónde se van a encontrar estos antioxidantes este verano? Atento a los siguientes alimentos.

Sandía

Sandía significa verano, aunque no es la única fruta que nos evoca la época estival. Como buena fruta que es, viene cargada de antioxidantes, y su color rojo ya nos advierte que tiene una gran proporción de licopeno. Este antioxidante, además de proteger la piel, ayuda a producir el cambio de color de la piel, además de ayudarnos a mantener el bronceado. También es muy rica en agua, por lo que, sumado a lo anterior, es una fruta muy recomendable en verano para mantenernos hidratados.

Melón

Si la sandía no nos parecía suficiente, también tenemos al melón en el verano, compartiendo el reinado de las frutas en esta época del año. Como su prima la sandía, el melón es muy rico en agua, lo que le hace otro gran aliado de la hidratación. Y, por supuesto, antioxidantes. Y no pocos. Por nombrar algunos, destaca la presencia de vitamina C, A, E y betacarotenos. Toda una joya para el verano.

Aguacate

El aguacate seguramente sea una de las frutas más ricas en carotenos. Cuando los rayos de sol inciden sobre nuestra piel, los carotenoides se mueven hacia la superficie de la piel y actúan casi como un protector solar (salvando las distancias con las cremas que venden para protegernos). Además, es muy rica en vitamina E, otra sustancia que, además de ser necesaria para el cuerpo, tiene una actividad antioxidante muy importante.

Frutos rojos

Moras, arándanos, frambuesas, … Su color vibrante nos advierte de que son un tesoro nutricional de antioxidantes. Entre otros, contienen una gran cantidad de vitamina C y bioflavonoles. Éstos últimos son capaces, según algunos estudios, de estimular la creación de colágeno en la piel, uno de sus componentes fundamentales. Evidentemente, como buenas frutas, también son ricas en agua, por lo que no debemos pasar por alto estos frutos cuando el calor aprieta.

Melocotón

Como estamos viendo, los antioxidantes se encuentran en casi todas las frutas (por no decir todas), y el verano es una época donde la variedad de éstas es muy amplia. Si hemos hablado del melón y la sandía, evidentemente, tenemos que hablar también del melocotón, una fruta rica en agua que puede paliar la sequedad de mucosas en nuestro cuerpo, y rico en betacarotenos, uno de los antioxidantes más conocidos por su potencial bloqueador de radicales libres, y por la potenciación del moreno en la piel. ¿Sólo pensabas en zanahoria y tomate? Pues el melocotón también debería de entrar en tu lista de alimentos para el moreno.

Pimiento rojo

Por suerte para nosotros, el pimiento rojo es una verdura inmortal durante todo el año en los estantes de nuestros mercados y supermercados. Y también una gran desconocida. Por poner un ejemplo, el pimiento rojo aporta mucha más vitamina C que una naranja, aportando muy pocas calorías. Además, es rojo, lo que ya nos quiere decir que también es muy rica en antioxidantes como los betacarotenos o el licopeno. ¿Por qué no pruebas a echar una puntita de pimiento rojo al gazpacho o el salmorejo? O mejor aún, ¿por qué no incluyes unos pequeños taquitos de pimiento rojo a la ensalada? La salud de tu piel lo agradecerá.

Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)

No podía faltar en la lista, y no puede faltar en nuestra alimentación. Además de ser rico en vitamina E, es una de las mejores fuentes de grasa cardiosaludable. Mezclándolo con vitamina C, por ejemplo, en las ensaladas cuando juntamos el aceite con pimientos rojos, hace que creemos una combinación perfecta para proteger nuestra piel y, de paso, nuestra salud general. Eso sí, que sea cardiosaludable no significa que podamos tomar todo lo que queramos. Se recomienda usar 2-3 cucharadas soperas al día, lo necesario para cocinar y aliñar. A si que, ojo con la cantidad de aceite que añadimos al gazpacho este verano.

Pero si hay algo que cuida nuestra piel y nos previene de sustos y problemas por tomar el sol es el sentido común. No tomar el sol las horas centrales del día, ponerse protección adecuada, y exponernos de forma progresiva y controlada va a hacer mucho más por la salud de nuestra piel que cualquier cantidad de antioxidantes. Porque en nutrición todo tiene efecto, pero más nuestra forma de cuidar la salud.