El escándalo sobreactuado de estos días porque el presidente del gobierno ha dicho la verdad ha sido uno de los más ridículos de los últimos tiempos. Pedro Sánchez dijo que hay jueces que hacen política aunque la mayoría hace bien su trabajo. Yo no sería tan generoso, pero su prudencia convierte la sentencia en incontestable. Eso lo sabe cualquier periodista, analista, político y miembro de la judicatura de este país aunque no lo reconozcan porque son beneficiarios de que haya jueces que actúan de esa manera. Lo sabe hasta el juez Peinado.
El juez Peinado no pide los correos de Begoña Gómez desde 2018 para dirimir ningún delito porque no lo hay. Es obviamente una petición desproporcionada que busca generar un daño político irreversible. El juez Peinado pide esa actuación para que esos correos acaben filtrados y publicados en Okdiario y The Objective buscando algo que afecte a la intimidad del presidente aunque no tenga nada de delictivo. Se trata de crear una bruma que promueva la campaña de violencia política contra el Ejecutivo, el presidente y su familia. Hacer chirriar los resortes del Estado, como dijo Luis María Ansón.
Como una especie de aviso a navegantes, una especie de amenaza velada de las que bien sabía lanzar Emilio Romero, uno de los libelos que suelen publicar la información filtrada por las partes denunciantes de la extrema derecha ha publicado hoy una información de las actuaciones judiciales en posesión de las partes que tiene relación justo con la petición que ha hecho el juez Peinado. Una especie de cabeza de caballo sangrante al abrir las sábanas. La información filtrada al libelo de la gusanera venezolana en España tiene como objetivo advertir al presidente lo que harán con los correos de Begoña Gómez.
"Begoña Gómez recibió tres correos de David Sánchez en su cuenta oficial de Moncloa", dice el artículo en el que publica información filtrada por la causa que se está siguiendo en Badajoz contra el hermano de Pedro Sánchez. Ya saben lo que ocurrirá con los correos que el juez Peinado ha pedido de Begoña Gómez desde 2018, y todavía se extrañan de que el Fiscal General del Estado hubiera borrado su teléfono. De no haberlo hecho habría una brecha en la seguridad nacional difícilmente calificable y que habría acabado en manos de criminales, terroristas, narcotraficantes y cualquiera con poder, dinero y sin escrúpulos para haber podido acceder por las buenas o las malas a una informacion tan sensible. ¿O acaso se creen que un narcotraficante o un miembro de la mafia que está siendo investigado y que sabe que la información de los mensajes del Fiscal está disponible no haría lo posible por conseguirla? De cualquier manera. La indefensión es absoluta, todos saben que lo único que necesitan para acceder a información privada e íntima del presidente y su entorno es un juez militante y les da igual las consecuencias.
La causa prospectiva del juez Juan Carlos Peinado, con vínculos directos y familiares con el Partido Popular de Madrid, es indubitada. El vecino abulense de Isabel Díaz Ayuso está haciendo un trabajo magnífico para los objetivos de Miguel Ángel Rodríguez. El juez comenzó la causa a través de Hazte Oír y ha ido navegando a ver si pescaba a través de múltiples delitos que no ha podido ni siquiera probar de manera indiciaria. Ha ido de la malversación de caudales (porque una asesora habría hecho labores privadas de la mujer del presidente) a un delito de tráfico de influencias por tratos de favor a empresas de Juan Carlos Barrabés y a la investigación sobre la gestión de la cátedra de la Complutense pasando por su posible implicación en el rescate de Air Europa. Es decir, está buscando cualquier cosa a ver si puede sustanciar alguna actividad delictiva en su proceder, algo que está terminantemente prohibido en nuestro ordenamiento jurídico sin que las instancias superiores o el CGPJ haya levantado la voz ante lo que saben que es una instrucción completamente ilegal.
No sé el tiempo que los periodistas tardaremos en demostrar con pruebas irrefutables los intereses políticos de algunos jueces de este país. Pero tengan en cuenta que se logrará, se sabrá, se conocerán las reuniones, cónclaves y connivencias. Pero no pasará nada, muchos mirarán a otro lado, pero la verdad va a aflorar.