Una de las proclamas preferidas de los preconstitucionalistas voxeros para criticar a Ciudadanos es apelar a la influencia de Macron en las decisiones que pudiera tomar Albert Rivera en España. Así aprovechan, de paso, para criticar a Manuel Valls con apelativos xenófobos que inciden en su origen francés. Llama la atención que eso venga de una formación como VOX, que es fiel a la tradición casi tópica de la carcunda española de venderse a las potencias y capitales extranjeros para mantener sus privilegios.

Abascal, por mucho que se ponga el chaleco absolutista de defensor de los valores patrios, no pasaría de ser un burócrata afrancesado más en la España de Pepe Botella, cómplice de los invasores en su lucha contra "El Empecinado" para poder seguir viviendo con la comodidad propia de los de su clase. Abascal hubiera sido Javier Negrete y Adorno ayudando a Murat desde la casa de Correos de la Puerta del Sol en 1808 para reprimir el levantamiento del pueblo español ayudando a los franceses. Un afrancesado de la peor condición, no de aquellos que consideraban que la Ilustración era un bien a incorporar, sino de los que se hubieran unido a cualquiera que les proporcionara el mantenimiento de sus privilegios. Uno de los persas. Para Galdós, un Buenaventura más.

Un colaboracionista. Un hijo de las oligarquías que no duda en coger el dinero extranjero de cualquiera que asegure que su posición entre las élites no se verá amenazada. Por eso Santiago Abascal no tuvo ningún reparo en aceptar el dinero de miembros del Consejo Nacional de Resistencia Iraní, una organización política cuyo brazo armado, los Moyahedin-e Jalq, solo fue retirado de la lista de bandas terroristas después de una intensa campaña de lobby de la que también fue partícipe el candidato de VOX a las europeas en 2014, Aleix Vidal Quadras. Y por eso no tienen ningún problema en que Rafael Bardají busque el paraguas de Steve Bannon y su The Movement o que Iván Espinosa de los Monteros acuda a reunirse con cargos de la administración de Donald Trump implorando su ayuda para poner una pica en Madrid.

No es la primera vez, ni será la última, que los patriotas de banderita acuden al apoyo extranjero para asegurar que sus intereses queden a salvo. Hubo una historia que enlaza a esos salvapatrias con la búsqueda de capital extranjero de dudoso origen destinado a un golpe en España y que llega hasta la actualidad, porque algunos de sus protagonistas son encendidos apoyos de VOX. En el año 1986, el coronel Carlos de Meer Ribera viajó a Libia junto a Enrique Moreno y José Antonio Assiego a reunirse con el dictador libio Muammar El Gaddafi para pedirle apoyo financiero y logístico para una conspiración que pretendía acabar con el gobierno democrático de Felipe González. El líder libio por aquel entonces se apoyaba en numerosos grupos de extrema derecha que pudieran serle útiles en su lucha contra los judíos. El coronel Carlos de Meer Ribera, que fue miembro también de la Fundación Francisco Franco, no fue condenado por la Audiencia Nacional por rebelión y finalmente fue condenado por la justicia militar por abandono de sus obligaciones militares.

José Antonio Assiego solo sonará a los muy cafeteros de la extrema derecha. Fue jefe provincial de Falange Española hasta 1978 y un importante líder de la Fuerza Nacional del Trabajo, el sindicato de Fuerza Nueva, que fue sustituido en el cargo por Jaime Alonso, expresidente de la Fundación Francisco Franco y que recientemente ha acudido a mítines de VOX al lado de Santiago Abascal. Assiego, también encendido admirador de VOX, era considerado en los ambientes de la extrema derecha terrorista de la transición "un loco de atar" y llegó a estar implicado en una conspiración para secuestrar al rey en el año 1981 junto al comandante Sáenz de Ynestrillas y el exministro franquista Girón de Velasco.

El propio Assiego ahora publica un blog que, según cuenta él mismo, se vio obligado a escribir tras los hechos en Cataluña de 2017. En varios textos no ha dudado en dar su apoyo expedito y sin fisuras a VOX, además de pedir una intervención y un golpe militar: "Desde el principio de mis publicaciones, allá por las proximidades del 1 de Octubre de 2017, dejé bien claro mi convencimiento de que la actual situación de España no tendrá más solución final que el enfrentamiento civil que obligue a una intervención militar y, desgraciadamente, los hechos lo van confirmando cada día más. Los enemigos de los patriotas españoles son todos aquellos que intentan romper a España y que ahora atacan rabiosamente a VOX. Los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos. Por lo tanto, nuestra posición ha de estar hoy forzosamente junto a VOX". El llamado de Assiego a sus seguidores es claro e inequívoco: "VOX el único partido político al que debemos de votar quienes non sentimos ante todo patriotas".

Patriotas como Assiego, que se fueron a buscar dinero libio para derrocar el gobierno democrático en los años ochenta. Patriotas que buscan dinero de exterroristas iraníes para ir contra los derechos de los homosexuales y las mujeres y borrar la memoria que guarda lo negro de su heredad. Patriotas como los que en los años 30 prestaron su país a los nazis como campo de prueba para su guerra. Porque si algo tienen estos patriotas es que solo mantienen lealtad a los de su estirpe, y esos no tienen nación y sí mucho dinero. Por algo rindieron "La Pepa" con el Manifiesto de los Persas y ahora buscan poder suplicando dinero en farsí.