Tener unos huesos fuertes o lo que es lo mismo una buen densidad ósea es fundamental para prevenir la osteoporosis, enfermedad que sufren más de 3 millones de personas en España, especialmente mujeres. Esta enfermedad crónica hace que los huesos se vuelvan más frágiles y con mayor tendencia a las fracturas.

Ahora, un estudio publicado en 'Neurology', la revista Academia Americana de Neurología, demuestran que una baja densidad ósea podría aumentar el riesgo de demencia. Y es importante matizar que los investigadores no mostraron una asociación, es decir, tener una baja densidad ósea no causa demencia.

Por tanto, tener los huesos débiles o tener una baja densidad ósea aumenta el riesgo de tener una demencia "pero no causa demencia", insisten los investigadores. "La baja densidad ósea y la demencia son dos afecciones que suelen afectar simultáneamente a las personas mayores, sobre todo porque la pérdida ósea suele aumentar debido a la inactividad física y la mala nutrición durante la demencia", explica el autor principal del estudio, Mohammad Arfan Ikram, del Centro Médico de la Universidad Erasmus de Rotterdam (Países Bajos).

Pero, realmente "poco se sabe sobre la pérdida ósea que se produce en el periodo previo a la demencia", añade el experto. Así, "nuestro estudio descubrió que, de hecho, la pérdida ósea ya se produce antes de la demencia y, por tanto, está vinculada a un mayor riesgo de demencia".

Una baja densidad ósea, mayor riesgo de demencia

En el estudio participaron 3.651 personas de los Países Bajos con una edad media de 72 años que no padecían ningún tipo de demencia cuando empezaron el estudio. A lo largo de una media de 11 años, 688 personas (19%) desarrollaron demencia.

Por otro lado y después de examinar los investigadores radiografías y pruebas de imagen para identificar la densidad ósea que los participantes, se entrevistó a cada uno de ellos, cada 4 o 5 años y se les realizaron pruebas físicas como gammagrafías óseas y otras pruebas para detectar la demencia. De las 1.211 personas que tenían una densidad ósea corporal tota más baja, 90 personas desarrollaron demencia en un plazo de 10 años, frente a las 57 personas (de las 1.211 personas) que tenían densidad ósea más alta.

Después de tener en cuenta factores como la edad, el sexo, la educación, otras enfermedades, el consumo de medicamentos y los antecedentes familiares de demencia, los investigadores descubrieron que "en un plazo de 10 años, las personas con la densidad ósea corporal total más baja tenían un 42% más de probabilidades de desarrollar demencia que las del grupo más alto".

"Según investigaciones anteriores, factores como la dieta y el ejercicio pueden influir de forma diferente en los huesos y en el riesgo de demencia, explica Ikram. Pero nuestra investigación ha encontrado un vínculo entre la pérdida ósea y la demencia, pero se necesitan más estudios para comprender mejor esta conexión (entre densidad ósea y la pérdida de memoria)".

"Es posible que la pérdida ósea se produzca ya en las primeras fases de la demencia, años antes de que se manifiesten los síntomas clínicos. Si ese fuera el caso, la pérdida ósea podría ser un indicador de riesgo de demencia y las personas con pérdida ósea podrían ser objeto de cribado y de una atención mejorada", concluye.

Cómo mantener unos huesos fuertes

Para mentener una buena salud ósea es fundamental tener en cuenta dos factores: dieta y ejercicio. Como explicaba en esteartículo a laSexta.com la Dra. María Cortés Berdonces de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), en cuento a la alimentación es clave llevar una dieta sana y equilibrada incluyendo alimentos ricos en calcio y alimentos con vitamina D.

En cuanto al ejercicio físico, es fundamental practicarlo de forma regular, siempre adaptado a la edad de cada persona y a sus condiciones físicas y aquél que más repercute en la salud ósea, tal como explicaba esta experta, son los ejercicio de impacto con el suelo, por ejemplo caminar.