Kane Kennedy ha sido acusado de asfixiar a su hijo de siete meses hasta la muerte en Lancashire, Reino Unido. La madre, Jobey Kennedy, ha sido condenada a 30 meses de prisión por permitir su muerte tras declarar que se ponía de mal humor cuando no tenía cannabis para fumar.

La autopsia reveló que el pequeño Oskar tenía 13 marcas en el cuello y en la cara y que habría muerto asfixiado mientras el padre le retorcía los testículos. Kane negó su implicación en el asesinato y culpó a la madre, según publica Metro.

Kane Kennedy found guilty of murdering his seven-month-old son by inflicting "frankly obscene" injuries on him

La defensa de la mujer alegó en el juicio que ella estaba "enamorada perdidamente" de Kane desde los 16 años y que eso "la impedía ver la realidad".