SALAMANCA
La Casa Lis de Salamanca: a quién debe su nombre y por qué se ha convertido en un símbolo de la ciudad
Viajamos a la ciudad de Salamanca para conocer la historia y el origen de la curiosa e impresionante Casa Lis.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Salamanca, una de las ciudades más sorprendentes y con más encanto que podemos encontrar en Castilla y León. Entre la gran cantidad de construcciones y monumentos que hay en esta ciudad, hay una edificación que llama poderosamente la atención a los visitantes. Nos referimos, como no podía ser de otra manera, a la Casa Lis.
Se trata de un precioso palacete urbano que está enclavado sobre la antigua muralla de Salamanca. Fue don Miguel de Lis el que ordenó su construcción, siendo Joaquín de Vargas y Aguirre el encargado de llevar a cabo este proyecto. Cabe destacar que don Miguel de Lis era propietario de una conocida fábrica de curtidos que había heredado de su padre, que quiso adaptarla a los nuevos y numerosos sistemas de producción que destacaban en en siglo XIX. La jugada le salió bien ya que, en el momento en el que se erigió este palacio, era considerado como uno de los cien mayores contribuyentes de Salamanca.
La Casa Lis de Salamanca, a través de su historia y sus características
Debemos tener en cuenta que el solar en el que se sitúa esta construcción es bastante complejo, puesto que es irregular, está enclavado en la muralla y, por si fuera poco, presenta un considerable desnivel en la zona sur. Unas cuestiones que, a priori, podrían tratarse de limitaciones. Aun así, fueron perfectamente resueltas por Joaquín de Vargas. Además, no dudó en organizar la vivienda en torno a un patio interior con la finalidad de distribuir las estancias.
Pero no todo queda ahí, ya que también diseñó una impresionante fachada con hierro y vidrio, siguiendo al pie de la letra los diferentes preceptos de la arquitectura industrial. Para tratar de salvar el existente desnivel hasta llegar al actual Paseo del Rector Esperabé, decidió construir una escalera que facilitó la creación de unas terrazas ajardinadas y una gruta cubierta de rocalla, por lo que consiguió aligerar en cierta manera el conjunto.

El resultado es absolutamente impecable, puesto que es uno de los pocos y mejores ejemplos de arquitectura industrial utilizada para uso residencial. Pero más allá de eso, también destaca por la gran habilidad y capacidad de Joaquín de Vargas a la hora de resolver las limitaciones del lugar escogido para erigir este Palacio.
Y no todo queda ahí, ya que la Casa Lis cuenta con una fachada norte impresionante, siendo uno de los pocos ejemplos de arquitectura modernista que podemos encontrar en Salamanca. Está construida en ladrillo y piedra, en la que destaca su puerta de acceso y el movimiento de las verjas de hierro de Art Nouveau.
A buen seguro, la construcción de este palacio fue bastante rápida. De hecho, en 1905 se procedió a reconstruir la fachada norte, mientras que tan solo un año después se dio por inaugurada la vivienda. En el interior, la casa contaba con habitaciones tanto para el verano (planta baja) como para el invierno (planta principal). También había despacho, oratorio, comedores, sala de baños con agua fría y caliente y varios salones.

En 1917, este palacio cambió de propietarios en el momento en el que don Enrique Esperabé de Arteaga, futuro rector de la Universidad de Salamanca, decidió mudarse a esta casa junto a su familia. Con posterioridad, fue habitada por una gran cantidad de inquilinos hasta que, en la década de los setenta del pasado siglo, se cerró. Como consecuencia, comenzó un periodo de degradación y decadencia.
En 1981, y consciente del enorme valor histórico, cultural y arquitectónico de esta construcción, el Ayuntamiento de Salamanca no tuvo reparos a la hora de iniciar un expediente de expropiación. En la actualidad alberga el Museo Art Nouveau y Art Déco, mientras que en sus salones se exhibe una gran cantidad de fondos que fueron donados por el coleccionista don Manuel Ramos Andrade. Por si fuera poco, se pudieron recuperar las vidrieras que ya lucían en la vivienda cuando era propiedad de don Miguel de Lis. En la actualidad, es una de las imágenes más significativas de la ciudad de Salamanca.
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