Leshan, el hogar del Buda más grande del mundo

Leshan es una ciudad que se encuentra en el centro de China, en la provincia de Sichuán. Su situación no podría ser más estratégica, ya que es la confluencia de tres grandes ríos de la región: el Quinqyi, el Dadu y el Min, el principal y al que desembocan los dos anteriores, ramificados en múltiples arterias. Es la unión de semejantes torrentes caudalosos los que hacen de esta zona una región peligrosa de cara a las catástrofes naturales. Pero, además del riesgo de inundaciones, hay que sumar el de una tectónica de placas en movimiento, causante de grandes terremotos como el que asoló la ciudad en abril de 2013.

Precisamente porque este riesgo no es nuevo, los habitantes de Sichuan siempre se han esforzado por aplacar las iras de los ríos y sus cauces. El mejor modo que encontraron en el siglo VIII d. C. fue con la construcción de lo que desde entonces sería la estatua de Buda en piedra más grande del mundo. Escavaron una porción de una de las montañas de Lynyunshan, en la rivera del río Min a un paso de la ciudad, y levantaron allí, tallándolo poco a poco, un impresionante símbolo religioso, hoy Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La creación del gigantesco monumento comenzó en el año 713, durante el reinado de la dinastía Tang. Se tardó más de 90 años en completarlo, más de los que vivió el ideario de semejante proeza: el monje Hai Tong. Durante dos décadas recaudó el importe necesario para su construcción, una suma de dinero que no estuvo exenta de intentos de robo y extorsión. Afortunadamente, no fueron impedimentos para el comienzo de los trabajos.

Con 71 metros de alto y 28 de ancho, es una de las atracciones turísticas más visitadas en Sichuán. Y eso a pesar de que no es tan sencillo llegar. Hay autobuses desde Chengdu, Chongqing y otras ciudades; y la estación de ferrocarril más cercana está en Emei, a 40 minutos de carretera. Leshan no cuenta con una gran infraestructura hotelera, de ahí que para muchos sea una excursión de ida y vuelta en el día. Eso sí, se puede elegir entre verlo desde un ferry especial que navega el río o andar por el parque natural creado alrededor del Buda. Dependerá del tiempo del que se disponga.