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FRANCIA

Jean Paul Gaultier, más icono que nunca en el Grand Palais de París

El universo transgresor del enfant terrible de la moda entra en uno de los museos más emblemáticos de la capital gala para mostrar su concepción de la vida. Una escapada a París este verano no se entiende sin sumergirse en su universo de rayas y sensualidad.

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Tras su brillante paso por Montreal, Dallas, San Francisco, Madrid, Rotterdam, Estocolmo, Nueva York, Londres y Melbourne; donde más de un millón y medio de personas han visitado su gira internacional, por fin Jean Paul Gaultier desembarca en su casa. Y el entorno no puede ser más especial, junto a los Campos Elíseos, en el Gran Palais, un conjunto monumental construido para albergar la Gran Exposición Universal del año 1900.

Indudablemente, para que una muestra como esta entre en un museo tiene que ser excepcional. Máxime si tenemos en cuenta que, además, comparte espacio con la exposición temporal del gran pintor español Diego Velázquez. Quizá para algunos puede parecer una frivolidad o un curioso contraste, pero ahí está.

Gracias a sus archivos personales, la muestra nos traslada a la infancia de este creador, nacido en los suburbios de París y que nunca fue a una escuela de moda porque su aprendizaje lo realizo a pie de calle, por los mercadillos de la ciudad. Documentos, fotos familiares y recuerdos personales se demuestran fundamentales para entender sus códigos estilísticos. La rebeldía, el inconformismo, sus continuas transgresiones, en definitiva, una búsqueda basada en una observación de la sociedad, unos desafíos profesionales que le llevarán a una concepción de la belleza radicalmente diferente a los cánones establecidos. También proyecciones como la que emite un antiguo televisor de la película Falbalas, de Jacques Becker, y que según Gaultier fue una de sus primeras influencias.

Una de las piezas que suscita más curiosidad es Nana, un osito de peluche que le regalaron sus padres y con el que comenzará sus primeros pinitos con los tejidos. Ocupa un lugar privilegiado, protegido por una urna como si se tratase de una reliquia, y aunque ya está descolorido y ajado, muestra el primer corsé cónico que realizó en papel de periódico. Una prenda ya en desuso pero que ya desde pequeño ejerció sobre él una fascinación tal que llegará a convertirla en un icono de moda, sobre todo cuando Madonna apareció sobre el escenario luciendo uno de ellos en su gira 'Ambición rubia' y, posteriormente, tras alcanzar una cifra desorbitante al ser subastado.

Una exposición rompedora, como no podía ser de otra manera tratándose de Gaultier. Dos plantas que se convierten en las bambalinas y en pasarela de un desfile, y nos convierten en espectadores privilegiados de primera fila. Amenizado con extractos de películas o conciertos pasan ante nuestros ojos 175 creaciones de Alta Costura, numerosas prendas prêt a porter y 30 maniquíes articulados que, gracias a una sistema de proyecciones, gesticulan, cantan o bailan hasta parecer casi  reales.

Aportaciones emblemáticas al mundo de la moda como el vestido-corsé, las faldas para hombres, el jersey marinero, los trajes de inspiración punk… muestran a un creador que cuestiona los roles de la sociedad y que abrió la moda a la sexualidad y a la diversidad étnica que observa en las grandes ciudades del planeta.

Lo dicho, después de su primer desfile de moda en Paris el 20 de octubre de 1976, Jean Paul Gaultier ha vuelto a casa.

Más información:
Hasta el 3 de agosto.
Entradas (venta anticipada obligatoria): 13 € (gratuito para menores de 16 años).
Grand Palais - Jean Paul Gaultier

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