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LA ÉPOCA OSCURA DE LITUANIA

Escalofriante visita a las atrocidades de la KGB

Hay lugares que dan miedo aunque no sea Halloween. Uno de ellos es el Museo de la KGB de Vilna, un edificio donde el espionaje soviético, pero también la Gestapo nazi, crearon un templo del horror. Visitarlo pone los pelos de punta y no deja indiferente.

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Hay lugares que no necesitan inventarse ninguna leyenda para que, nada más poner el pie en ellos, sientas un escalofrío. Tampoco necesitan de un gran decorado, ni atrezzo que le dé un toque fantasmagórico o tétrico, pues sus muros y suelos están cargados de historias a cuál más horrible.

Si estás interesado en la historia del siglo XX, y te fascinan los lugares más tenebrosos de Europa, entonces no te lo pienses más y vete, ahora que estamos inmersos en los preparativos de Halloween y todo da un poco más de miedo que de costumbre, a Lituania. No hace falta que te muevas de la capital, pues nuestro destino está en pleno centro de Vilna, en una de las arterias principales de la ciudad: la avenida Juozas Tumas-Vaižgantas, justo frente al parque de la plaza de Lukiškių aikštė.

Para muchos lituanos, no es una dirección más. Allí se encuentra el que fuera cuartel general de la KGB durante los años de ocupación soviética de Lituania. Cárcel, centro de tortura y centro logístico de información, sus paredes han visto hasta qué punto puede ser cruel el ser humano. Una historia que no puede ser olvidada, de ahí que el edificio, con estructura palaciega, haya sido mantenido tal y como se encontraba a finales de los 80, lo que permite hacerse una fiel idea de lo que allí pasaba.

Y es que la visita al llamado Museo de la KGB de Vilna no es una más. Imposible no emocionarse, llenarse de rabia ante lo que allí pasaba. Porque si hay algo que se pueda agradecer a la gestión del museo es que cuenta la realidad sin adulterarla. No es necesario. El paseo por las celdas permite ver la evolución de las mismas, así como las capas de pintura que se fueron dando a las paredes, muchas veces para tapar manchas de sangre.

Al mismo tiempo, se visitan las duchas, las salas de tortura, los almacenes... Pero quizás la parte más sobrecogedora es la habitación donde los presos, políticos en su mayoría, eran asesinados, a través de un juego de dos puertas (tras la última se encontraba un agente armado que disparaba en la nuca). Por si no fuera poco gráfico, una pantalla de televisión se encarga de mostrar cómo era realmente ese proceso.

Todo esto ocurre en las plantas bajas y sótanos del inmueble. Las superiores están dedicadas, ahora sí, a mostrar la historia desde una perspectiva más museística, con recuerdos, objetos y grandes paneles informativos. Una vez visto lo que ocurría bajo nuestros pies, es el complemento perfecto para formarse sobre esa época oscura que sufrió Lituania. Sin duda, una excursión de mucho, mucho miedo.

Por cierto, que una de las primeras cosas que llama la atención es que el edificio, durante la ocupación nazi de Lituania, fue también cuartel general de la Gestapo.

El Museo de la KGB, también conocido como el Museo de las Víctimas del Genocidio, tiene un horario de 10 a 18 h. de miércoles a sábados (los domingos, hasta las 17 h.). La entrada es de 2 €, con descuentos del 50% para estudiantes y jubilados. Hay visitas guiadas en español a partir de 15 € (concertar previamente).

Recuerda que para volar a Vilna ya hay vuelos directos desde España. Los realiza Ryanair, desde Barcelona y Madrid (a partir de 80 €, ida y vuelta, salvo ofertas de última hora). En ambos vuelos se ofrece la posibilidad de contratar la nueva tarida Business Plus, más flexible.

Más información:
Turismo de Vilna
Museo del Genocidio
Ryanair

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