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El paraíso en Brasil

Angra dos Reis, la bahía de las 365 islas

Al sur de Río de Janeiro se encuentra una pequeña bahía salpicada por tantas islas que, juntas, suman más de 2.000 playas y calas.

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A 150 kilómetros al sur de Río de Janeiro se encuentra uno de esos rincones que aún se mantienen casi vírgenes al turismo extranjero en Brasil. Se trata de la pequeña bahía de Angra dos Reis, un lugar paradisíaco cuajado de barcos de pescadores, vegetación y, sobre todo, islas. Entre todas suman 365, de todos los tamaños, dando lugar a la posibilidad, como dicen sus locales, de que se puede visitar una cada día del año.

La bahía fue descubierta por los conquistadores portugueses el 6 de enero de 1502, de ahí que, como ocurre con otros territorios como, por ejemplo, Natal, se decidiera bautizar el nuevo sitio con el nombre de la fiesta de aquel día, en este caso, como homenaje a los tres Reyes Magos.

Pero que nadie piense que porque hayan pasado más de cinco siglos el archipiélago ha perdido su encanto, pues la gran mayoría de las islas se mantiene casi virgen, sin edificios ni emplazamientos de ningún tipo (a lo que ayuda una importante restricción legislativa que impide que a cada una de las islas pueda desembarcar, al día, más de un número determinado de personas, dependiendo de su tamaño).

Sin embargo, no hace falta desembarcar en ninguna para extasiarse con ellas. Es muy habitual que los turistas se embarquen en pequeños cruceros que van surcando las aguas de la bahía acercándose a las islas, viendo las más interesantes, observando la naturaleza de cada una o, como en Hollywood, viendo las que pertenecen a personajes famosos en Brasil como el cirujano plástico Ivo Pitanguy... Son travesías que duran alrededor de seis horas y que parten del puerto de la ciudad de Angra dos Reis, en el continente; y algunas de ellas se completan con inmersiones de buceo.

La isla más conocida, y también la de mayor tamaño, es Isla Grande, donde se está realizando una importante inversión en materia de eco-turismo. Mide 24 kilómetros de largo por 15 de ancho y es casi imposible recorrerla entera en una visita. Sólo ella cuenta con 106 calas y playas, repartidas por todo el perímetro de la costa y a las que se llega a pie, caminando entre la selva, en bicicleta o, de forma exclusiva, en un pequeño bote. En coche no se puede acceder a ninguna, aunque es lógico si tenemos en cuenta que no están permitidos en la isla.

Pero es además aquí donde destaca otra actividad en la que no hay que zambullirse: el montañismo. Muchos se apuntan a subir el pico de Papagayo, uno de los más elevados de la zona con 985 metros sobre el nivel del mar (el más alto es el pico Pedra d’Água, con 1.035 metros).

Otra de las islas más recomendadas es La Gipoia, a 20 minutos de Angra dos Reis. Es de las pocas que tiene un pequeño restaurante en su playa donde poder almorzar en plena naturaleza. El plato que todos recomiendan es la Moqueca de pescado con banana, pero también sirven platos más habituales como el pollo o la carne con arroz.

El clima en Angra es cálido todo el año, con temperaturas máximas de apenas 30 °C en verano. Eso sí, a cambio hay mucha humedad. Para llegar, lo más práctico es tomar la carretera 101 desde Río de Janeiro, aunque los más afortunados siempre pueden desplazarse en helicóptero privado desde el aeropuerto de la ciudad.


Turismo de Brasil

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