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APRENDIZAJE

Los loros imitan gestos al observar a otros, al igual que los humanos

¿Son las personas las únicas capaces de aprender observando interacciones ajenas? Un nuevo estudio demuestra que los guacamayos de garganta azul pueden adquirir gestos sin entrenamiento previo, simplemente mirando a sus compañeros.

Guacamayos de garganta azul

Guacamayos de garganta azulSinc

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El guacamayo de garganta azul (Ara glaucogularis), un ave en peligro crítico de extinción, es capaz de aprender nuevas conductas únicamente observando a otros miembros de su especie, según un estudio publicado en Scientific Reports. Este tipo de aprendizaje, denominado aprendizaje por observación social, hasta ahora se había considerado exclusivo de los humanos.

"Nuestros hallazgos muestran que los guacamayos pueden aprender no solo conductas, sino también los contextos apropiados en los que realizarlas, simplemente observando las interacciones entre otros", explica a SINC Esha Haldar, investigadora principal del estudio en el Instituto Max Planck de Cognición Animal.

"Esta capacidad, conocida como aprendizaje por observación social, se había documentado previamente solo en niños humanos, pero ahora se sugiere que probablemente exista en otros animales, como en el caso de los guacamayos de garganta azul", añade.

Hasta ahora, la investigación sobre aprendizaje social en animales se había centrado principalmente en la imitación frente a frente, en la cual un modelo informado demuestra una acción directa a un observador ingenuo.

En contraste, estos resultados indican que los guacamayos podrían poseer una forma de toma de perspectiva que les permite ponerse en el lugar de otro e incorporar conductas apropiadas al contexto.

Demostración de una prueba de alas. / © LoroParque, Adrián Azcárate

Demostración de una prueba de alas. / © LoroParque, Adrián Azcárate

Experimento en Loro Parque de Tenerife

La investigación, realizada por un equipo internacional en la Fundación Loro Parque (Tenerife), trabajó con 14 guacamayos en cautividad. Doce de ellos fueron evaluados tras observar a un par de machos entrenados ejecutar cinco acciones en respuesta a gestos humanos, como levantar una pata, girar sobre sí mismos o batir las alas.

Los guacamayos que presenciaron estas interacciones aprendieron las conductas con mayor rapidez y precisión que el grupo de control, que recibió las órdenes sin observación previa.

"Sabíamos que los perros de compañía habían fallado anteriormente en experimentos de 'imitación en tercera persona', ya que eran incapaces de reproducir acciones intransitivas (aquellas que no implican manipulación de objetos) únicamente mediante observación pasiva y sin entrenamiento previo. Esto nos hizo inicialmente escépticos respecto a la capacidad de los guacamayos para la imitación en tercera persona", argumenta la científica del Max Planck.

Sin embargo, para sorpresa de los investigadores, sus respuestas sugirieron de inmediato que podrían haber desarrollado una capacidad de imitación comparable a la de los humanos, especialmente para dichas acciones intransitivas y sin finalidad.

Algunos guacamayos incluso imitaron los gestos espontáneamente, antes de recibir comandos o recompensas. "Observamos algunos casos de imitaciones espontáneas cuando las aves realizaban las acciones antes de que se les dieran las órdenes manuales. Este hallazgo implica que los guacamayos podrían tener una predisposición a imitar acciones arbitrarias y representar una forma rudimentaria de transmisión cultural de gestos que podría cumplir funciones en el vínculo social", señala la investigadora.

Implicaciones sociales y para la conservación

El aprendizaje por observación social consiste en aprender de manera pasiva observando la interacción entre otros dos individuos, a diferencia de la imitación frente a frente, en la que el observador aprende de una demostración directa. En humanos, esta habilidad está vinculada a la transmisión de normas sociales y prácticas culturales. Hasta ahora, solo se había documentado en niños.

"Por el tamaño limitado de la muestra en nuestro estudio, proponemos que investigaciones futuras incluyan un rango más amplio de conductas de prueba, a fin de proporcionar evidencia más sólida sobre la imitación en tercera persona", subraya Haldar.

Los autores reconocen que el reducido número de aves y de conductas evaluadas limita la generalización de los resultados, pero destacan que este hallazgo abre la puerta a comprender mejor la compleja vida social de los guacamayos y sugiere que el aprendizaje cultural podría estar más extendido en el reino animal de lo que se pensaba.

"Dado que la especie de guacamayo utilizada en este estudio está en peligro crítico de extinción, al igual que muchas otras especies de loros, nuestros hallazgos pueden aportar información clave para cuestiones de conservación. Los organismos de gestión de la conservación deberían priorizar los procesos de aprendizaje social al diseñar programas de reintroducción", concluye Haldar.

Referencia:

Esha Haldar et al. "Third-party imitation is not restricted to humans". Nature

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