FOBIAS
Submecanofobia: el miedo a lo que se esconde bajo el agua
¿Te incomodan los objetos sumergidos en el agua, como barcos hundidos o esculturas oxidadas? Podrías estar frente a la submecanofobia, una fobia poco común pero muy real

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La submecanofobia es un tipo de fobiaespecífica que provoca un miedo intenso e irracional hacia objetos artificiales sumergidos en agua, como barcos hundidos, esculturas, turbinas o estructuras metálicas. En algunos casos, también puede incluir el miedo a dibujos o elementos gráficos en piscinas, especialmente si representan estructuras artificiales o figuras sumergidas. A diferencia de otras fobias relacionadas con el agua, como la talasofobia (miedo al mar abierto), este temor no se centra en el entorno acuático en sí, sino en la presencia de construcciones humanas bajo la superficie.
Quienes la padecen suelen experimentar ansiedad, repulsión o incluso ataques de pánico al ver imágenes o acercarse físicamente a estos objetos. El aspecto deteriorado, oxidado o simplemente misterioso de estas estructuras suele provocar una fuerte sensación de incomodidad. El miedo también se alimenta de la oscuridad, la profundidad del agua y la imposibilidad de ver claramente lo que hay abajo, lo que activa la imaginación y la percepción de peligro.
Aunque no se trata de una fobia muy común, puede afectar significativamente la vida de quienes la sufren. Muchas personas evitan actividades recreativas como nadar, bucear o explorar ambientes acuáticos naturales por temor a encontrarse con este tipo de objetos. En algunos casos, incluso una simple fotografía puede generar malestar.
El origen de esta fobia varía: puede deberse a experiencias traumáticas previas, a una sensibilidad particular hacia lo desconocido o a la influencia de contenidos visuales perturbadores. En cualquier caso, la buena noticia es que existen formas efectivas de tratarla. La terapia cognitivo-conductual, la exposición gradual y las técnicas de manejo de la ansiedad, como el mindfulness o la respiración consciente, han demostrado ser útiles para reducir los síntomas.
Reconocer la submecanofobia es el primer paso para afrontarla. Aunque pueda parecer un miedo extraño, es tan válido como cualquier otro y puede tratarse con el acompañamiento adecuado. Con ayuda profesional, es posible superar este temor y volver a disfrutar con tranquilidad de los espacios acuáticos.
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