NUEVA INVESTIGACIÓN
La ciencia recomienda adaptar tus entrenamientos a tu personalidad para obtener mejores resultados
Es la clave no solo para que el ejercicio sea más placentero, también mejora los resultados y reduce los niveles de estrés.

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Encontrar la motivación para hacer ejercicio físico puede ser un gran desafío. Pero hay uno mayor aún: mantenerlo en el tiempo. Estas podrían ser las razones por las que menos de una cuarta parte de las personas alcanzan los objetivos de actividad recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Pero ¿y si hacer ejercicio fuera más placentero? Una forma de lograrlo podría ser optar por tipos de ejercicio que se adapten a nuestra personalidad. Para ello, un equipo de científicos del University College de Londres (UCL), liderados por Flaminia Ronca, ha examinado cómo la personalidad afecta los tipos de ejercicio que preferimos y nuestro compromiso y dedicación a ellos. Los resultados se publicaron en Frontiers in Psychology.
"Descubrimos que nuestra personalidad puede influir en cómo nos involucramos con el ejercicio, y en particular en qué tipos de ejercicio disfrutamos más - explica Ronca, primera autora del estudio, del Instituto de Deporte, Ejercicio y Salud del UCL -. Comprender los factores de la personalidad al diseñar y recomendar programas de actividad física probablemente sea muy importante para determinar el éxito de un programa y si las personas lo mantendrán y mejorarán su forma física".
Los investigadores reclutaron a 132 voluntarios que se sometieron a pruebas de laboratorio para evaluar su condición física inicial. La fuerza, por ejemplo, se evaluó mediante flexiones, planchas al fallo muscular y saltos con contramovimiento (saltando de nuevo inmediatamente después de aterrizar). A esto le siguió una sesión de ciclismo de baja intensidad de 30 minutos y, posteriormente, una prueba de ciclismo para medir su capacidad máxima de oxígeno (prueba de VO2máx) tras un breve descanso.
Posteriormente, los dividieron en dos grupos: el primero recibió un plan de acondicionamiento físico para realizar en su casa de ocho semanas compuesto por ciclismo y entrenamiento de fuerza (grupo de intervención), y el otro grupo continuó con su estilo de vida habitual (grupo de control). Durante las pruebas de laboratorio, la primera semana de intervención y después de esta, todos los participantes completaron un cuestionario sobre cuánto habían disfrutado de cada sesión de entrenamiento. Los rasgos de personalidad examinados en el estudio incluyeron extroversión, responsabilidad, amabilidad, neuroticismo y apertura.

"Nuestros cerebros están conectados de diferentes maneras, lo que impulsa nuestros comportamientos y cómo interactuamos con nuestro entorno - añade Ronca -. Por lo tanto, no es sorprendente que la personalidad también influya en cómo respondemos a diferentes intensidades de ejercicio",
Por ejemplo, las personas con una puntuación alta en extroversión disfrutaban de sesiones de alta intensidad con otras personas, incluyendo deportes de equipo. Por el contrario, las personas con una puntuación alta en neuroticismo preferían los entrenamientos privados. Si bien se sienten cómodos con la alta intensidad, necesitan breves descansos entre sesiones. Otros, con puntuaciones altas en conciencia y apertura, practicaron ejercicio independientemente de si lo disfrutaban especialmente o si lo impulsaba la curiosidad, respectivamente.
Lo que resultó particularmente interesante fue la relación entre la personalidad, el cambio en la condición física y el estrés. Antes de la intervención, los niveles de estrés de ambos grupos eran similares. Sin embargo, después de la intervención, especialmente las personas con puntuaciones altas en neuroticismo mostraron una fuerte reducción del estrés.
"Es una noticia fantástica, ya que demuestra que quienes más se benefician de una reducción del estrés responden muy bien al ejercicio – señala Ronca -. Lo más importante del ejercicio es encontrar algo que disfrutemos y no desanimarnos si no lo encontramos de inmediato. No importa si no disfrutamos de una sesión en particular. Podemos probar algo diferente. Esperamos que si las personas encuentran actividades físicas que disfruten, estén más dispuestas a practicarlas".
Sabemos que la población mundial se está volviendo cada vez más sedentaria, explica el estudio, y el objetivo era comprender cómo la personalidad puede influir en esto para apoyar el desarrollo de intervenciones eficaces que impulsen cambios en los hábitos de salud. Tanto la física como la mental.
"Descubrimos que las personas que obtuvieron una puntuación más alta en el rasgo de personalidad neuroticismo mostraron una reducción particularmente marcada del estrés cuando realizaron el entrenamiento físico – concuerda Paul Burgess, coautor del estudio -. Nuestros resultados sugieren que la reducción del estrés podría ser beneficiosa para quienes presentan este rasgo".
Lo más importante, concluyen los autores, a la hora de mejorar la actividad física es encontrar algo que disfruten, lo que aumentará la probabilidad de que lo mantengan en el tiempo.
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