EVITAR LOS CONTAGIOS Y LAS CONSECUENCIAS GRAVES

¿Son efectivas las vacunas para prevenir la muerte infantil por COVID-19?

Un estudio analiza cómo actúan las vacunas contra la COVID-19 en más de 800.000 menores. Y la respuesta a si funcionan es afirmativa.

Vacuna a niños

Vacuna a niñosCDC para Unsplash

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No hay duda que la estrategia mundial de vacunación contra el COVID-19 cambió la evolución de la pandemia. Uno de los factores más importantes fue la reducción de la mortalidad en los adultos, que fueron la primera población priorizada dada su alta tasa de letalidad.

A diferencia de esta población, la infección en la infancia y la adolescencia suele ser leve, aunque también se han descrito casos graves con secuelas (por ejemplo, síndrome inflamatorio multisistémico) e incluso desenlace mortal, especialmente en aquellos que tenían condiciones agravantes, como enfermedades respiratorias, diabetes, etc.

Esto ha provocado que la vacunación en este grupo de edad haya generado múltiples debates, pero la comunidad científica en general estaba de acuerdo que era necesario. La Academia Americana de Pediatría, por ejemplo, recomendaba una campaña de vacunación que incluyera a estos grupos, mientras que la Organización Mundial de la Salud señalaba que, a pesar de que no son grupos prioritarios, se debe avanzar en la población pediátrica en países con altas coberturas de vacunación en adultos. "La vacunación debe tener como objetivo no solo el beneficio individual sino también el beneficio colectivo, ya que serviría para aumentar la inmunidad general de la población y reducir la transmisión global", señalaba el comunicado.

Pero la vacunación en estos grupos era una recomendación, mucho más permisiva o flexible que en adultos. Así, a nivel europeo, las cifras son muy diversas. Por ejemplo en Francia se habrían vacunado al 4,5 % de los menores de once años, en Irlanda la proporción llega al 25 %, en Alemania al 20 %, mientras que España es uno de los líderes, con un 57 % de la población entre cinco y 11 años que ha recibido al menos una dosis.

Y con esto, los efectos de la vacunación en menores y su impacto ha sido poco estudiado hasta la fecha. Para llenar este vacío de conocimiento, un equipo liderado por Analía Rearte, directora de Epidemiología del Ministerio de Salud de Argentina, ha publicado un estudio en el 'British Medical Journal', en el que evalúan la efectividad de las vacunas contra la infección y muerte relacionadas con Covid-19.

Sus hallazgos se basan en datos de 844.460 niños y adolescentes (de 3 a 17 años) que comenzaron a vacunarse en agosto de 2021 (a los adolescentes entre los 12 y los 17 años) y en octubre de 2021 (entre los 3 y los 11 años). Todos ellos recibieron dos dosis de las vacunas y el tiempo promedio entre ambas dosis fue de dos meses.

Los resultados mostraron que la efectividad estimada de la vacuna contra la infección por COVID-19 fue del 61 % en niños y del 67 % en adolescentes durante el período delta y del 16 % y 26 %, respectivamente, durante el período omicron. Eso en lo que a contagios respecta, en cuanto a su efectividad en términos de mortalidad, los porcentajes hablan de un 67 % en menores de 12 y un 98 % en adolescentes. Aunque la efectividad de la vacuna para la infección disminuyó considerablemente con el tiempo, los autores del estudio, señalan que vacunar a los niños tuvo un impacto positivo en la salud pública y continuará evitando muertes.

Eso sí, los autores también reconocen que se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa. Aún así las conclusiones y los resultados coinciden con otros estudios similares, lo que sugiere que es probable que sean sólidos.

"En resumen, vacunar a los niños es una importante medida de salud pública que evitará la mortalidad en esta población, especialmente en periodos de alta circulación viral", se puede leer en las conclusiones del estudio.

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