SEGÚN UN ESTUDIO

El riesgo de derrame cerebral se puede transmitir por una transfusión sanguínea

Es la conclusión de un reciente estudio con un seguimiento de más de 50 años.

Transfusión de sangre

Transfusión de sangreWikipedia

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Fue en España donde se realizaron algunas de las primeras transfusiones sanguíneas durante la Guerra Civil. Desde entonces hemos avanzado mucho en conocimiento y en tecnología. Tanto que cada año se realizan cerca de dos millones de transfusiones anuales en nuestro país.

Pese a ello aún hay enfermedades que se transmiten debido a las transfusiones, principalmente hepatitis B, C, VIH, la malaria, la sífilis, parvovirus B-19, así como también infecciones de origen bacteriana que en la actualidad generan mayor preocupación en la salud. Y a ellas podría agregarse también el derrame cerebral, un evento que en nuestro país provoca más de 7.500 muertes al año.

La buena noticia es que no solo el 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo y un estilo de vida saludable, sino que un estudio habría descubierto otro factor condicionante en las transfusiones. Liderados por científicos del Instituto Karolinska y publicado en JAMA, los resultados sugieren que una posible causa de hemorragia cerebral espontánea podría transmitirse mediante transfusión de sangre. Al mismo tiempo, es muy poco probable que alguien sufra una hemorragia cerebral después de recibir sangre donada.

De acuerdo con los autores, una causa de las causas más comunes de los accidentes cerebrovasculares espontáneas y recurrentes es la enfermedad vascular angiopatía amiloide cerebral (CAA), en la que las proteínas se acumulan a lo largo de los diminutos vasos sanguíneos del cerebro. Varios estudios han demostrado que el CAA se puede transferir de un individuo a otro mediante neurocirugía y probablemente mediante un tratamiento con cierto tipo de hormona del crecimiento.

El estudio contó con más de un millón de voluntarios, entre 5 y 80 años, que habían recibido una transfusión sanguínea entre 1970 y 2017. Los datos se obtuvieron de la base de datos de transfusión sueco-danesa SCANDAT, que contiene datos sobre donantes de sangre y pacientes. Los análisis primarios se realizaron en Suecia y luego se repitieron con los datos daneses, con resultados casi idénticos.

En las conclusiones se destaca que las personas que habían recibido sangre de donantes que luego sufrieron hemorragias cerebrales recurrentes tienen más del doble tienen probabilidades de sufrir una hemorragia cerebral.

Los hallazgos sugieren que algún factor que puede dar lugar a hemorragias cerebrales espontáneas puede transmitirse mediante transfusión de sangre. Sin embargo, como sólo el 0,1 por ciento de los donantes del estudio sufrieron posteriormente hemorragias cerebrales recurrentes, los pacientes afectados fueron pocos.

"Las transfusiones de sangre son relativamente comunes, lo que hace que los posibles efectos negativos sean un importante problema de salud pública – afirma el líder del estudio, Gustaf Edgren, en un comunicado -. Sin embargo, en este caso, es muy poco probable que sufras una hemorragia cerebral por algo transmitido a través de una transfusión".

Según el equipo de Edgren, la implicación más importante del estudio es, por el contrario, que añade más apoyo a la hipótesis de que el CAA puede transmitirse entre individuos, lo que, de ser cierto, puede tener consecuencias en varios campos.

Los investigadores ahora esperan corroborar la hipótesis de que el vínculo entre la hemorragia cerebral y la transfusión de sangre tiene que ver con la CAA. Por lo tanto, examinarán muestras del biobanco del Estudio Danés de Donantes de Sangre para ver si pueden identificar proteínas aberrantes asociadas con la enfermedad. El objetivo también es obtener tomografías computarizadas y resonancias magnéticas de los donantes y pacientes afectados para ver si también podrían respaldar la hipótesis.

"Este estudio no demuestra causalidad, por lo que el aumento observado en el riesgo podría depender de otros factores – concluye el coautor Jingcheng Zhao -. Se necesita más investigación para confirmar nuestros hallazgos y comprender el posible mecanismo subyacente".

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