UNA CURIOSA EXPLICACIÓN

La paradoja de la salud: ¿por qué enfermamos al descansar y no en medio del estrés?

Mientras que en situaciones de alta tensión el cuerpo mantiene niveles elevados de cortisol, lo que nos mantiene alerta, el descanso repentino puede ser más perjudicial de lo que pensamos.

Mujer enferma en cama

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Solemos relacionar el estrés con efectos negativos para la salud, pero lo que no siempre se tiene en cuenta es que el descanso también puede tener consecuencias si no se da de forma adecuada. Cuando estamos sometidos a tensión, el cuerpo se mantiene en estado de alerta gracias a niveles altos de cortisol. Si pasamos de golpe al reposo absoluto, sin transición, esa bajada repentina puede afectar más de lo que creemos.

Cuando por fin llega el momento de descansar, es común que el cuerpo "baje la guardia". Sin embargo, ese cambio brusco puede alterar el equilibrio del sistema inmunológico, dejándonos más expuestos a infecciones u otras dolencias. El organismo, acostumbrado al ritmo constante del estrés, puede responder mal a una relajación total, porque sus mecanismos de defensa se desajustan ante el cambio.

Por eso, aunque es cierto que el estrés prolongado es dañino, el descanso también debe ser consciente y progresivo. La clave está en encontrar un equilibrio: permitir al cuerpo recuperarse sin desconectarse del todo. Un descanso bien gestionado puede ayudarnos a mantenernos sanos, mientras que detenernos de golpe puede ser tan perjudicial como no parar nunca.

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