NUEVO ESTUDIO
El hábito común del sueño que triplica el riesgo de morir prematuramente
Para llegar a estas conclusiones, los expertos analizaron datos de 2.429 niños de entre ocho y diez años y de 183.012 adultos de entre 26 y 86 años durante un período de 19 años.
Publicidad
¿Sufres de pesadillas con frecuencia? Un nuevo estudio sugiere que podrías tener tres veces más probabilidades de morir una década antes que una persona promedio. Te contamos los detalles.
Tal y como revela un grupo de científicos del Imperial College de Londres, cuyos resultados se han presentado en el Congreso 2025 de la Academia Europea de Neurología (EAN), nuestros cerebros dormidos no pueden distinguir los sueños de la realidad. "Es por eso que las pesadillas a menudo nos despiertan sudando, sin aliento y con el corazón palpitando, porque se ha activado nuestra respuesta de lucha o huida", explican.
Además, las pesadillas elevan el cortisol, una hormona del estrés estrechamente vinculada a un envejecimiento celular más rápido. También alteran la calidad y la duración del sueño, lo que perjudica la capacidad del cuerpo para repararse y restaurar células durante la noche".
Para llegar a estas conclusiones, los expertos analizaron datos de 2.429 niños de entre ocho y diez años y de 183.012 adultos de entre 26 y 86 años durante un período de 19 años. La frecuencia de pesadillas en adultos fue autoinformada al inicio del estudio y la de los niños fue informada por sus padres al inicio del estudio.
Los resultados revelaron que aquellos que informaron un promedio de una pesadilla por semana, a lo largo de una década, tenían tres veces más probabilidades de morir antes de los 70 años, en comparación con aquellos sin terrores nocturnos.
También se descubrió que las pesadillas semanales eran un indicador más fuerte de muerte prematura que el tabaquismo, la obesidad, la mala alimentación y la poca actividad física.
Los niños y adultos con pesadillas frecuentes también mostraron un envejecimiento biológico más rápido.
Incluso las pesadillas mensuales se relacionaron con un envejecimiento más rápido y una mayor mortalidad, en comparación con quienes rara vez o nunca las tienen.
Publicidad