¿QUÉ ORDEN SIGUES TÚ?

En un entrenamiento, ¿qué va primero, el cardio o las pesas? La ciencia tiene la respuesta

Un nuevo estudio revela que el orden de entrenamiento afecta significativamente la cantidad de grasa que se pierde.

Mujer realizando entrenamiento de fuerza

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Si eres de los que vas al gimnasio regularmente seguro que alguna vez te has hecho esta pregunta: ¿Qué va primero, los ejercicios de pesas o el cardio? Habrá quienes hagan primero cardio y luego el entrenamiento de fuerza y viceversa pero, ¿qué es lo correcto? La ciencia por fin tiene la respuesta. Quédate si quieres comprobar si lo estabas haciendo bien o mal.

Tal y como asegura un reciente estudio, el orden de entrenamiento afecta significativamente la cantidad de grasa que se pierde. Los participantes que entrenaron con pesas antes del cardio perdieron más grasa y se volvieron más activos físicamente a lo largo del día en comparación con quienes primero hicieron cardio.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores reclutaron a 45 hombres jóvenes de entre 18 y 30 años clasificados como obesos. Los dividieron en tres grupos durante 12 semanas. Un grupo fue el grupo de control, es decir, que mantuvieron sus hábitos de vida habituales y no modificaron su rutina de ejercicio. Los otros dos grupos se ejercitaron durante 60 minutos tres veces por semana. Uno hizo primero cardio y luego pesas y el otro grupo al revés, primero pesas y luego cardio.

Los participantes de ambos grupos experimentaron mejoras en su capacidad cardiovascular, fuerza muscular y composición corporal. Las mejoras en la capacidad cardiovascular fueron similares independientemente del orden.

Correr
Correr | Unsplash

Sin embargo, las verdaderas diferencias surgieron en cuanto a la pérdida de grasa y el rendimiento muscular. Los participantes que levantaron pesas primero experimentaron reducciones significativamente mayores en la grasa corporal total y la grasa visceral, el tipo de grasa más fuertemente vinculado al riesgo de enfermedad cardiovascular.

¿Por qué ocurre esto?

La clave de estos resultados está en la forma en que el cuerpo utiliza la energía.

El entrenamiento de resistencia agota las reservas de glucógeno muscular, el azúcar almacenado en los músculos que actúa como combustible de acceso rápido para el cuerpo. Con las reservas de glucógeno ya bajas, al hacer la transición al cardio, el cuerpo debe depender más de las reservas de grasa para obtener energía. Este cambio metabólico explica la mayor pérdida de grasa observada en el grupo que primero entrena con pesas.

Por el contrario, realizar cardio primero agota las reservas de glucógeno, dejando los músculos parcialmente agotados incluso antes de levantar una pesa. Además, induce fatiga y puede reducir la capacidad de los músculos para producir potencia y fuerza explosivas.

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