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COGE EL DINERO Y CORRE

Spotify, Apple y otras tecnológicas que no pagan impuestos en España por lo que te venden

Son las empresas más famosas y –casi– queridas de nuestro país... pero también las que menos impuestos pagan.

Fachada de una tienda de Apple

Fachada de una tienda de AppleAgencias

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Figuran en la lista de varias de nuestras empresas favoritas merced a los servicios y productos tecnológicos que nos ofrecen. Nos referimos a las compañías tecnológicas como Google, Apple, Microsoft, Amazon y Spotify, entre muchas otras. Sin embargo, estas grandes multinacionales no sólo son campeonas en servicios tecnológicos, sino también en escaqueo fiscal.

Y es que el sector de la tecnología se ha convertido en un auténtico experto a la hora de 'maquillar' sus resultados, ya que, al tratarse en ocasiones de bienes y servicios digitales, tienen (algo) más fácil tributar desde países con una carga fiscal más baja.

En este contexto surgen dos figuras que nos interesa conocer. En primer lugar, el doble irlandés, en honor al país que ayuda a consumar el truco fiscal. La cosa puede parecer enrevesada, pero en realidad no lo es tanto: Irlanda es uno de los países con el nivel impositivo más bajo de toda Europa, y esto no es una casualidad, sino precisamente su mejor reclamo para que las grandes compañías instalen allí sus sedes.

No es raro, por tanto, ver que empresas tecnológicas como Apple, Google o IBM tienen en Dublín sus mayores centros operativos y su sede oficial a nivel europeo. El asunto es sencillo: Irlanda les permite pagar sólo un 2% de sus beneficios.

Pero el doble irlandés se complementa con la segunda figura, el sandwich holandés. Y es que Irlanda permite a sus empresas transferir los activos de derechos de las propiedades a otros países, mientras que Holanda permite una bajísima carga fiscal a las empresas extranjeras que pasen por su país y, en última instancia, declaren sus beneficios en las Antillas Holandesas (un paraíso fiscal).

Las dos figuras: el doble irlandés y el sandwich holandés

Como vemos, la jugada es redonda. Y es que este tipo de empresas, que tienen sedes en España y venden productos y servicios en nuestro país, apenas paga impuestos aquí por esas ventas. Gracias al doble irlandés y al sandwich holandés suelen pagar en torno a un 2% de impuestos sobre sus beneficios, mientras que en España ese porcentaje podría ascender hasta el 25%.

Las compañías más señaladas son las de (casi) siempre: Google y Apple. La primera está siendo investigada por Hacienda en España, mientras que la segunda lo tiene aún más difícil: es la propia Unión Europea la que quiere obligarle a pagar nada menos que 13.000 millones en impuestos por lo que realmente vende en cada país, no por lo que dice que vende.

Y es que, aunque la compañía de la manzana tiene empresas en España (dos, concretamente), en realidad sólo actúan como comisionistas de la principal, la irlandesa. Así pues, la mayor parte de los beneficios que Apple obtiene en España vendiendo móviles, por ejemplo, se van corriendo a Irlanda y no pasan por la Hacienda española.

Las empresas españolas, 'comisionistas' de las irlandesas

La investigación de Google en España tampoco es poca cosa. Y es que el pasado 1 de julio varios inspectores de Hacienda se presentaron en sus oficinas para examinar detenidamente sus cuentas. ¿El motivo? Google había declarado una pírrica facturación de 58 millones de euros en España en 2014. Nuevamente, el grueso de su negocio estaba cogiendo un avión en dirección a Irlanda.

Esta polémica no es nueva para Google: ya la ha tenido en 2016 en Francia y ya la tuvo en España en 2014. Y ambos acabaron en multa: en el caso español, la tecnológica tuvo que pagar 1,9 millones de euros para 'hacer las paces' con Hacienda. ¿El motivo? Google había engañado a Hacienda con sus cuentas de 2008 y 2009.

En realidad, lo de que una tecnológica tenga su gran sede europea en Irlanda no es ninguna novedad. Así lo tienen establecido también otros gigantes como Facebook o Twitter. Amazon, por su parte, se va más al este: a Luxemburgo. En cualquier caso, ninguna de estas ha sufrido –por ahora– ningún tipo de multa a nivel español ni europeo.

¿Será Spotify la próxima?

La que ahora se sitúa en la picota de la polémica es Spotify, que acaba de anunciar que abandona su sede fiscal española y se vuelve a Suecia. De hecho, los usuarios de pago españoles ya no serán cobrados ni tarificados desde España, sino desde Suecia. Unos lo ven como un movimiento lógico, otros como un nuevo escaqueo fiscal de las grandes empresas tecnológicas en toda Europa.

Habrá que ver cómo acaba este asunto, pero una cosa está clara: la habilidad de las tecnológicas para ofrecernos productos y servicios innovadores es directamente proporcional a sus genuinas labores de ingeniería fiscal. Veremos si la Hacienda española deja hacer... o decide seguir interviniendo en el asunto.

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