En julio de 1938, y asediado por las bombas y por el calor, el Ejército republicano no tenía agua potable para beber. Su única fuente era un Ebro plagado de cadáveres. "Como hacía tanto calor, solamente bebíamos agua del río, había mulos muertos por allí y todo. Aquello estaba infectado, y al final cogí una infección intestinal", contó a laSexta Columa Jaume Calbet, quien luchó en el bando republicano en la Guerra Civil.
Jaume acabó en el hospital, y cuando se recuperó, prefirió fingir antes que volver al frente: "Me dijeron que ya estaba bien y que otra vez tenía que tirar al frente, así que, sin decir nada, me dejé caer a tierra, y vinieron las enfermeras y me llevaron otra vez a la cama".
Fingir aquel desmayo le sirvió a Jaume para ahorrarse una semana en el frente, pero finalmente tuvo que volver a la guerra y, por fin, cruzó el río Ebro, tal y como contó a laSexta Columa; "Los nacionales estaban en la otra parte y cuando pasamos habían muerto bastantes.; pasé y oía cómo las balas impactaban en el hierro".
Sin embargo, este no fue el único momento en el que Jaume estuvo a punto de morir. Y es que cuando llevaba meses luchando y solo le quedaban con él seis compañeros de los 16 que habían empezado a su lado, comenzaron a tirar "granadas rompedoras". Ante la metralla del Ejército franquista, intentaron resguardarse en una trinchera. "Pensé que nos iban a matar, y al cabo de un rato, a mi amigo, un tal Fornós, vi que le salía sangre, y no decía nada, así que le sacamos la boina y vimos tenía un trozo de metralla en el cerebro".
Franco había puesto todos sus recursos en la batalla del Ebro, y la Republica terminó por retirarse. Había ganado tiempo, pero sin la ayuda de Francia e Inglaterra estaba sentenciada. En este sentido, Ana Martínez Rus, doctora en Historia Contemporánea de la Universidad Complutense, señaló que "el diseño de la batalla del Ebro fue muy exitoso, pero no tuvieron suficientes fuerzas militares para mantener esa ventaja inicial y poder haber vencido".
Por su parte, Francisco J. Leira-Castiñeira, autor de 'Soldados de Franco', afirmó que "los medios que tuvieron fueron muy similares en un principio, pero el Ejército golpista, el sublevado, contó con el apoyo de la Alemania nazi, la Italia fascista... tanto de hombres como de armamento y eso causó que hubiera un plus para los golpistas".
"Lo increíble no es cómo la República pierde la guerra, sino cómo aguanta casi tres años de guerra", manifestó al respecto Ana Martínez Rus, doctora en Historia Contemporánea.
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