Tras haber consumido aceite de colza adulterado, una de sus múltiples secuelas fue que se le retiró la regla, pero años después se quedó embarazada. "En 1983 fui al hospital de la Concepción a hacerme una revisión y me dijeron que estaba de tres semanas o cuatro semanas", recuerda esta mujer que no quiere ser reconocida.

Los médicos no sabían cómo podía afectar al feto el síndrome tóxico que ella padecía. "Me dijeron que, si quería, podía tenerlo, pero que lo podía tener mal y yo dije que no", cuenta rota de dolor a laSexta Columna.

En aquella época en España el aborto era ilegal, aunque le insinuaron esa opción. "Nos dijeron que fuéramos a planificación familiar para que nos contaran qué hacer. Allí nos recibió un médico, o lo que fuera, me dio una hoja y un bolígrafo, me explicó cómo sacar el billete de avión y me dio una dirección de Londres", relata.

Era la primera vez que montaba en avión y en su pasaporte quedó grabada para siempre la fecha de ese traumático viaje. "Ahí tengo el pasaporte, solo con el matasellos de cuando fui, no sé cómo no lo rompí", asegura.

Tuvo que hacerlo todo sola porque no tenían dinero para dos billetes. "Nos llevaron en un autobús pequeño y, por lo menos, estábamos 12 que compartíamos habitación. Yo solo lloraba", lamenta.

Sola, en una clínica extranjera, a cientos de kilómetros de su casa, como muchas otras afectadas, interrumpió ese embarazo.

Después de ese aborto, el aceite de colza le arrebató a su hijo pequeño con 22 años. Su hijo mayor también fue tratado por la intoxicación, pero era menos grave y le dieron el alta.

Murió hace dos años por un cáncer de garganta. No han podido comprobar que fuera consecuencia de la colza.

Ella cree que todo ha sido un castigo divino por abortar. "Ahora creo que me ha castigado Dios por no tener el otro y me ha quitado a los dos. Mis hijos eran unos chavales muy majos, mi hijo el pequeño, con lo malo que estaba, cómo le querían en la residencia. Mis hijos se llevaban muy bien y ahora están allí los dos juntos", cuenta.

Echando la vista atrás, laSexta Columna recuerda cómo reaccionó en 1981 el Gobierno cuando estalló el escándalo. Como muestra el vídeo, el ministro de Sanidad de la época aseguró que todo venía de una bacteria que si caía al suelo moría.