Además del Partido Popular, hay dos grandes beneficiados por el hundimiento del PSOE. Cayo Lara y Rosa Díez. Más de un millón y medio de votos que huyeron de los socialistas entre las elecciones de 2008 y las de 2011 fueron para ellos. Cerca de dos millones más, a la abstención. Es decir, esos votos que un día fueron socialistas no necesariamente acaban en la izquierda.
Es un claro síntoma de la profunda crisis que atraviesa la izquierda. Muchos españoles que se consideran progresistas no encuentran referentes con los que identificarse. Al menos, no en los partidos políticos.
El distanciamiento de la izquierda institucional con la calle es casi sideral y esa percepción hace que muchos ciudadanos se estén organizando en una infinidad de movimientos sociales. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, la Marea Verde, la Blanca, la Naranja, Juventud sin Futuro, los Yayoflautas. Ellos son quienes están cubriendo el gigantesco hueco que han dejado partidos y sindicatos por la izquierda.
Muchos no quieren que los políticos se acerquen siquiera a ellos. Hacerse fotos en la calle se ha convertido en una actividad desagradable. Lo sabe bien Cayo Lara. Fue recibido con abucheos y una lluvia de agua mineral por un grupo de afectados de la hipoteca cuando quiso participar en la paralización de un desahucio.
También Juan Fernando López Aguilar y Beatriz Talegón acudieron a una manifestación para pedir la dación en pago. Pero fueron expulsados de la protesta por los manifestantes. Les reprochaban apoyar algo que no hicieron mientras gobernaba el PSOE.
La izquierda de la calle
Hablamos con dos representantes de esa izquierda de la calle que no quiere etiquetarse en ningún partido político. Ramón y Rosario, Ramón pertenece al colectivo Juventud Sin Futuro, uno de los que convocaron la manifestación que provocó el 15M. Para él, la izquierda del Parlamento está muy lejos de la de la calle.
“La izquierda parlamentaria la podemos encontrar en la bancada de la izquierda, pero lo que hay en la bancada de la izquierda del Congreso no tiene que ver con la tradición de lucha de la izquierda”, asegura Ramón Espinar.
Rosario dedica su tiempo libre a trabajar por la mejora de su barrio, en Sevilla. Se considera “roja” y reniega de los políticos que se dicen de izquierdas. “Los partidos tal y como están ahora estructurados a lo mejor no tienen por qué existir”, asegura.