El alcalde de Quintana de la Serena, en Badajoz, va camino del Ayuntamiento. Atraviesa plazas enteras de granito, con bancos, fuentes, papeleras, estatuas y farolas de granito. Hasta las placas de los comercios son de granito. Hasta la del consistorio. Sube escaleras de granito y se sienta ante su ajedrez, también de granito.
A Quintana de la Serena se la conoce como “la ciudad del granito”. Durante siglos, el 90% de sus vecinos trabajó en este material. Casi 50 fábricas vivían directamente de él. En el pueblo había pleno empleo. Hasta que llegó la crisis inmobiliaria. La mitad de las empresas han acabado cerradas.
Sus contadores de la luz hace tiempo que dejaron de girar. En las fábricas que continúan abiertas, hay trabajadores absolutamente solos. Mientras sus excompañeros les miran desde el otro lado de las vallas. Llegaron a tener un 4% de paro. Hoy tienen un 40.
El drama del paro también afecta a Raúl, en Ávila. Se levanta cada día a las seis de la mañana para ir a trabajar. Pero cuando llega a las puertas de la fábrica de Nissan, se encuentra siempre con el mismo problema: no le dejan entrar.
En realidad, ni él ni otros 12 compañeros pueden entrar porque fueron despedidos en 2010. Un despido que les llegó con una promesa. Todos recuperarían sus puestos de trabajo en abril de 2014.
Pero esos no parecen ser los planes de la compañía. Nissan no solo descarta que los despedidos en 2010 se vayan a reincorporar a la fábrica. Va un paso más allá. Dice que para que la planta sea viable, tiene que haber 50 despidos más y bajadas de sueldo.
Los sindicatos temen que, en realidad, detrás de esos planes se esconda el cierre progresivo de la planta de Ávila.
Lo datos confirman esa tendencia. En el año 2009 trabajaban aquí 800 personas. En 2010, tras los despidos, la plantilla se quedó en 500 trabajadores. El plan de la empresa es reducirla ahora a 350. Y todo en una ciudad con una tasa de paro del 25,33%. Por encima de la media nacional.
Miguel Ángel García es el alcalde de Ávila. Es del Partido Popular. Pero en el conflicto de Nissan, su discurso es el de los sindicatos. Dice que hay que negociar, en igualdad de condiciones.
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