Una vez alertados sobre la situación que se estaba viviendo en Galicia con los pellets, llegaron los problemas de coordinación entre la Xunta de Galicia, gobernada por el PP, y el Gobierno, en manos del PSOE. Una falta de conversaciones fluidas que ha llevado a una lenta gestión para solucionar la llegada de los microplásticos.

La primera batalla entre ambos llegó con el ofrecimiento de ayuda del Gobierno a la Xunta para limpiar las playas. Le exigieron subir el nivel de emergencia al 2, algo que Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, descartó y dejó el trabajo a los ayuntamientos. No obstante, cuando Asturias sí notificó la subida de emergencia al nivel 2 y recibió la ayuda del Gobierno, Galicia retrocedió y accedió a la ayuda del Gobierno.

El siguiente conflicto apareció al recibir la ayuda. Entonces, la Xunta solicitó que se buscaran y recogieran los pellets en el mar, competencia del Gobierno y no suya, cuando tan solo una semana antes Alfonso Villares, Conselleiro do mar, había asegurado en un informe que esa búsqueda "no era posible".