Más de 3 años después de quedarse en una silla de ruedas, la balanza de la justicia se inclinó a favor de Raquel Díaz, víctima del crimen machista de Ponferrada. Pedro Muñoz, su agresor, fue condenado a casi 17 años de cárcel por varios delitos de maltrato habitual y lesiones agravadas. 

"Me sentí muy aliviada, porque la sentencia de 127 páginas daba credibilidad a mi declaración", afirma Raquel en el vídeo sobre estas líneas. Sin embargo, el tribunal no condena a Pedro Muñoz por intento de homicidio porque entiende que, después de la paliza, al aplicarle unos primeros auxilios y llamar al 112 hay que aplicarle desistimiento o arrepentimiento.

"Nosotros estamos absolutamente convencidos de que esos hechos no son para salvar a Raquel, son para encubrir el delito", defiende el abogado de Raquel, Felipe Patiño, que asegura con rotundidad que "desde el momento en que la arroja no le quiere lesionar, no le quiere romper un tobillo la quiere simplemente matar".

"Es difícil explicarle a ella cómo es posible que reconociéndose en la sentencia que el homicidio se ha producido, que da una versión creíble, que hay una voluntad inequívoca de matar, simplemente lo condenen por lesiones", prosigue el letrado. Por su parte, Raquel afirma que  "cuando uno tiene una sentencia por la que se hace justicia, aunque sólo sea por menos tiempo, menos dinero, por lo que sea, es una satisfacción inmensa".