En 2018 tuvo lugar un evento de talla internacional conocido como 'Davos del Desierto' en el que destacadas figuras mundiales viajaron a territorio saudí seducidas por el príncipe heredero.
Lo hicieron para alabar ante el mundo las inquietudes de un Bin Salmán de discurso futurista.
Solo unos días después del baño de masas, desde el lugar, el lujoso Ritz, se filtraron fotos de policías patrullando las estancias del hotel e imágenes de gente durmiendo apretada sobre colchones.
Mohammed bin Salmán tenía retenidos por la fuerza a los hombres más poderosos de Arabia Saudí.
"Lo que se hizo fue detener a miembros de la familia real, a responsables del Gobierno, a responsables de empresas, a responsables del ejército que habían sido críticos o comenzaban a oponerse a tanto poder que tenía el príncipe Bin Salmán", recuerda David Hernández, autor de 'El reino de Arabia Saudí y la hegemonía de Oriente Medio'.
Los retenidos en el Ritz llegaron a ser casi 400 y el diario The Guardian lo describió como "purga" tras descubrir episodios de "tortura y coerción" durante el suceso.
Ministros, empresarios e incluso familiares de Bin Salmán salieron de su cárcel dorada tras pagar decenas de miles de millones de dólares al príncipe.
"Convirtió un hotel de lujo en prisión, les encerró y les dijo: 'Entregad parte de vuestra riqueza, u os encerraré y me quedaré con todo'", así lo relata el periodista de investigación en 'The New York Times', Justin Scheck.
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