En el momento de mayor poder político del PP, recién ganadas las elecciones, se desmorona su proyecto financiero.  En el inicio de la debacle está Miguel Blesa, ex presidente de la caja y político y amigo de Aznar.

En su era al frente de Caja Madrid, la entidad crece como nunca a la vez que cava su tumba. El presidente de Caja Madrid  cobraba en 1996 la cifra de 70.000 euros. Blesa se lo multiplicó por 18 y Rodrigo Rato, sucesor de Blesa, se lo subió un millón de euros más.

La campanada de Rodrigo Rato al iniciar la cotización de la Bankia es el gesto que sella la gestión de calamitosa del desastre de la compañía.

“Bankia ha sido un timo”, afirma el periodista Fernando González Urbaneja. Sus accionistas han perdido un 60% de su inversión, a pesar que desde el Gobierno no han dejado de mandarles mensajes tranquilizadores.