La justicia no es un aliado del consumidor en este país, según comenta Ana Collía. La ex directora general de Consumo del Gobierno vasco vino de las asociaciones de consumidores y llegó a su puesto en la Comunidad Autónoma para defender mejor a los consumidores. Sin embargo, a la hora de resolver “tenemos las manos atadas”.
A las empresas eléctricas, telefónicas y a la banca “se las ha sancionado poco”, comenta. Quiso poner multas “que sirvieran de ejemplo” pero hay muchas “limitaciones en la Administración”.
Las multas son un ‘chollo’ para las empresas. Los responsables de Consumo de las Comunidades Autónomas se sentían con las manos atadas. No les hacían caso porque “los intereses eran contrapuestos con el sector industrial”, explica
Ana Mato suprimió la Dirección General de Consumo “para ahorrar y porque la defensa del consumidor no interesa demasiado”, afirma. A diferencia de Alemania que tiene grandes organizaciones de consumidores y tienen unos grados de influencia de que les hacer partícipes de las leyes.
Los consumidores “actuamos de una manera irresponsables. Nos mostramos débiles y decimos amén Jesús a todo”, declara Ana Collía. Al consumidor tampoco se lo ponen fácil con la letra pequeña, le comenta Évole. “El problema no es la lectura. Tenemos un deber de si no lo entendemos no lo cogemos. Si alguien no entiende lo que lee que no firme”, concluye.
Valencia, día uno
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