Los agentes llegan a la entrada de metro indicada, y bajan las escaleras hasta llegar a la estación de autobuses, donde al parecer se ha producido una reyerta entre dos bandas latinas. Allí se encuentran los jóvenes retenidos por otros agentes. Tienen separados en dos grupos a los presuntos implicados. Identifican y cachean a los presuntos agresores, y a los agredidos.

Los presuntos agredidos cuentan que estaban subiendo las escaleras de la estación de metro, donde se han cruzado con un grupo de latinos que los han mirado fijamente. Se ha iniciado una discusión, y al poco rato los han golpeado. Uno tiene manchas de sangre por la ropa.

Los presuntos agresores no dan testimonio a los agentes. Uno de los agredidos dice que al comienzo la disputa era solo entre dos, pero que se han ido incrementando conforme proseguía la pelea. Ellos solo eran tres y una mujer, frente a seis o siete hombres.

Llaman al SAMUR para que evalúe las lesiones de los afectos. Suben a la superficie, donde ya se encuentran los sanitarios. Dependiendo de la gravedad de las lesiones, se podrán llevar, o no, detenidos a los agresores.

Para considerarse un delito, y en consecuencia, motivo de detención, los agredidos tendrían la necesidad de requerir un tratamiento médico, o recibir puntos de sutura; de lo contrario se consideraría solo una falta y no precedería su detención.