El Anfiteatro Romano de Tarragona hace las veces de escenario para el reencuentro entre José Antonio, dueño de Il Fogon della Toscana y Giorgio, un antiguo compañero de trabajo y una persona fundamental en su vida.

"Me ha venido todo a la cabeza, todo el trabajo, toda la lucha, como yo era antes de verdad", afirma ante las cámaras de Pesadilla en la cocina. En contraste con la percepción actual que tiene Alberto Chicote sobre José Antonio, Giorgio define a su amigo como una persona "muy pasional, que sabía motivar no con el poder, sino con su corazón". "Tiene que volver a sacar la espada y luchar", opina Giorgio.

Para hablar del presente, su hijo se desplaza hasta este emplazamiento histórico. "¿El padre que tú ves ahora se parece al que tú has conocido toda tu vida?", le pregunta el chef. "No, porque yo lo quiero mucho y muchas veces me grita y me hace daño... Yo solamente quiero ayudarle", reconoce entre lágrimas. "No te dejas ayudar y estamos hablando de personas, no de trabajadores. Y lo más importante aún: son personas que te quieren, porque de lo contrario no estarían ahí ninguno", le dice Alberto Chicote para intentar abrirle los ojos.

Nadie acude a la cita para hablar del futuro de José Antonio, porque su futuro, afirma el chef de Pesadilla en la cocina, "no pinta nada bien". "Solamente hay una persona que puede cambiar tu futuro", le advierte. "¿Yo?", le pregunta asombrado el hostelero. "Claro, ¿quién si no?"