Pero el verdadero impedimento para que 'El Castro de Lugo' funcione se encuentra de puertas para adentro: la cocina con mayor falta de higiene que Alberto Chicote ha visto en su carrera profesional. Grasa pegada en freidora, ollas y sartenes; un hedor insoportable; comida podrida en el frigorífico… Una suciedad extrema que supera los niveles de tolerancia de Alberto Chicote y que incluso le hace vomitar en su primera visita de observación.
'El Castro de Lugo' es un restaurante situado en el barrio de Tetuán, a escasos metros del madrileño paseo de la Castellana. Comercios de barrio, calles concurridas y bares castizos dibujan un entorno aparentemente perfecto. Por eso, Óscar, monologuista de profesión, decidió abrir allí su restaurante hace un par de años. Pero lo que parecía una excelente oportunidad de negocio ha terminado ser su mayor problema. A esto se le suma una deuda que está a punto de llevarse por delante 'El Castro de Lugo'.
Los culpables: el dueño y sus empleados. La falta de carácter de Óscar y sus débiles dotes de liderazgo provocan que los empleados no se comprometan con su trabajo. Los camareros llegan al trabajado a la hora que les apetece, nadie se responsabiliza de controlar la compra de productos, el dueño no consigue sacar ni una sonrisa a los clientes con sus monólogos y la cocinera, Cristina, se ha adueñado de una cocina que maneja a su antojo con un total descontrol. Hasta el punto de abandonar diariamente su puesto de trabajo en medio de un servicio para retirarse a rezar. Pero el gran problema está en la suciedad: la absoluta falta de higiene de la cocina, el mal olor, la grasa acumulada en los cacharros de cocina y la desidia con la que se hace la comida están llevando a 'El Castro de Lugo' a la quiebra.
La llegada de Alberto Chicote pone de manifiesto la desorganización que reina en el local, la falta de compromiso de los camareros y … la insalubridad de la cocina. Tanto que en la primera visita de observación a la cocina la extrema suciedad y los malos olores hacen vomitar, por primera vez en el programa, al chef. Alberto Chicote no puede tolerar esa falta de higiene y, tras clausurar el local, se verá obligado también por primera vez a contratar a un numeroso equipo de profesionales para desinfectar y limpiar la cocina a fondo. Sólo así podrá comenzar con su trabajo e intentar reflotar el restaurante. El chef tendrá un duro trabajo por delante y el equipo del restaurante un largo camino de compromiso por recorrer si quieren que 'El Castro de Lugo' se convierta en un lugar en el que los clientes disfruten de la comida, del servicio y de un ambiente encantador.
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