El nuevo presidente de la Diputación de León lo ha dejado claro en su investidura. "Seguiré la senda marcada, sin desviarme. Cuando las cosas están bien gestionadas y bien hechas, cuando las cosas están bien gestionadas y bien hechas, es obligado seguir la senda", afirmaba Marcos Martínez.

Pero la senda de su antecesora en el cargo, Isabel Carrasco, no siempre ha sido compartida por muchos, y para estos, Marcos Martínez debería aprovechar la ocasión para desviarse del camino. El diputado Matías Llorente reflexiona que "a veces la senda se termina y otros la continúan, ahora mismo habría que hablar más de futuro, hacer una apertura más democrática".

Para otros compañeros, incluso de la oposición, hay que darle un voto de confianza. "Hemos de darle un margen de confianza esperando que tenga la voluntad de consensuar".

Martínez no ha ahorrado en alabanzas a su predecesora: mujer con coraje, fuerza, comprometida con todos, etc. "Isabel Carrasco fue un ejemplo de entrega, de dedicación y de gestión". Sin embargo, para muchos leoneses que recuerdan sus 12 sueldos o sus políticas, dicen, caciquiles, era todo menos justa.